Los nacionalismos, los de amplio alcance y los más pequeños, incluidos los localismos, los que necesitan expresarse con banderas para hacerse notar, juegan con la exaltación de los sentimientos para anular la racionalidad. No promueven tanto ideas, como emociones, con lo que la manipulación de las voluntades se hace más fácil. Y si al ser humano se le sustrae su racionalidad, es como si su humanidad quedara reducida a su mínima expresión. Cada vez que en la actualidad veo el uso de una bandera sin venir a cuento, pongo a buen recaudo la cartera y la mente.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
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sábado, 16 de enero de 2021
lunes, 28 de septiembre de 2020
Dicho en el pasado. Banderas
28 de septiembre de 2017
Creo que las banderas expresan y despiertan emociones y sentimientos, pero no muestran ningún argumento. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a hablar y a vivir sin argumentos. Cada vez me gustan menos las banderas.
sábado, 13 de julio de 2019
Buenas noches. Banderas
Cuanto más alta y más grande sea la
bandera, más lejos queda de la realidad concreta del ciudadano.
Buenas noches.
miércoles, 6 de febrero de 2019
Buenas noches. Metáfora
Dentro de un rato probablemente se pare
la vida y los ciudadanos acudan en masa a situarse delante del
televisor. Presenciarán uno de los múltiples acontecimientos únicos
del siglo: el partido de fútbol entre el Barcelona y el Madrid. Sin
duda, es una buena ocasión para ver un ejemplo de estrategia, de
técnica, de arte colectivo y efímero, de generación de belleza
para quien sepa disfrutar con ella.
Pero sospecho que pronto
aparecerán las banderas, las de tela y las mentales, y toda la
belleza que surja en el campo de fútbol será emocionalmente
sustituida por el deseo de ganar, por la necesidad vital de que venza
mi equipo sobre el adversario, que, una vez más, se habrá convertido en
el enemigo. En este país nos estamos acostumbrando con mucha
facilidad a destrozar la estética para que aparezca la indispensable
victoria de los nuestros. Los otros son necesarios para que haya
partido, pero lo importante, lo imprescindible es que ganen los míos,
aunque sea de penalty injusto en el último minuto.
Esta noche
veremos casi todos por televisión una metáfora de lo que es España.
Buenas noches.
martes, 5 de junio de 2018
Buenas noches. Manejos
Hay
mucho interés por que muera la razón. Cualquier ocasión en la que
se pueda pensar o argumentar es eliminada por los
poderosos y por los ricos, no sea que se genere alguna idea peligrosa
para ellos. En su lugar nos van inoculando elementos irracionales con
el propósito de que vayan llenando nuestras mentes y nos entontezcan
todo lo posible. El fútbol ha sido convertido en una excusa para que
el ciudadano se sienta realizado cuando gana su equipo, y para que se
entrene en el odio al adversario cuando pierda. Las banderas, los
nacionalismos, los himnos y todos los símbolos emocionales nos
separan de los otros. Los sentimientos van ganando terreno. Hace poco
celebraban el éxito de un equipo de fútbol con un lema terrible:
'El triunfo de un sentimiento'. Muera la razón. Adelante con lo
irracional hacia la selva. A menos que esto cambie...
Buenas noches.
jueves, 14 de diciembre de 2017
Buenas noches. Banderas
La salvación de este mundo cruel
consistiría en que nos uniésemos todos en favor de todos. Por eso
las banderas, que identifican a unos y los diferencian de todos los
demás, son símbolos egoístas, empobrecedores, reaccionarios, que
persiguen básicamente mantener las diferencias. Habría que guardar
las banderas.
Buenas noches.
sábado, 28 de octubre de 2017
Buenas noches. Emociones
Hay aficionados al fútbol a quienes,
en realidad, no les gusta el fútbol, sino que gane su equipo. Por
eso van al estadio o al campo cubiertos de bufandas, camisetas y
banderas que los identifiquen con quienes 'sienten' los colores de
ese equipo. Se trata, fundamentalmente, de sentir, porque si su gozo
fuera algo más racional, serían capaces de vibrar, por ejemplo,
unas veces con la calidad del juego del Madrid y otras, con la que
genera el del Barça, y no suele darse ese caso. Es una fuerte
experiencia emocional la que desean tener.
Lo mismo ocurre cuando en el teatro o
en el cine nos identificamos con un personaje determinado. Si este
personaje sufre, lloramos con él; si tiene una gran alegría, nos
alegramos con él. En ambos casos cedemos nuestra propia vida al
personaje, que se apodera de nuestro corazón y hace que, aunque no lo deseemos, nos embarquemos
emotivamente en un mundo que no es el estrictamente nuestro. Tanto en
el fútbol como en el cine, cuando estamos tan identificados con el
personaje o con el equipo, no estamos en situación de reflexionar,
sino de sentir, de emocionarnos.
Cuando hacemos uso de una bandera nos
situamos en una posición similar. Nuestro razonamiento queda en
suspenso y nos sumergimos en el mundo exclusivo de los sentimientos y
de las emociones. Queremos, entonces, que venza lo que nuestra
bandera representa y que lo que las otras banderas simbolizan quede
vencido. Tienen mucho más sentido las banderas en un mundo militar
que en uno civil. A mí me parece que sería deseable que fuéramos
capaces de pensar y de emocionarnos, pero sin banderas.
Buenas
noches.
viernes, 27 de octubre de 2017
Sin banderas, por favor
Hay un movimiento para llenar Whatsapp de banderas de España. Me parece un enorme error. Las banderas van siempre contra otras banderas. Hay que buscar lo que una, no lo que nos enfrente. Seamos sensatos y dejemos las banderas en las tiendas de los chinos. Dialoguemos todos, creemos todos, transijamos todos, comprendamos a todos, pensemos con grandeza todos, pero sin banderas. Las banderas no dejan pensar a los abanderados.
domingo, 15 de octubre de 2017
Buenas noches. Todos
Las banderas nos dicen a favor de
quiénes estamos y en contra de quiénes luchamos. Creo que lo que se
necesitan son personas que estén a favor de todos y que no vayan
contra nadie. Quizá lo que se necesiten sean personas sin banderas.
Buenas noches.
domingo, 1 de octubre de 2017
sábado, 30 de septiembre de 2017
Buenas noches. Argumentos
Hay momentos en los que, en lugar de
sacar las banderas, que expresan sentimientos y emociones y se
dirigen a ellos, habría que buscar buenos argumentos y sentarse a
discutirlos, que es lo propiamente humano. Pero para eso hay que
querer.
Buenas noches.
lunes, 25 de septiembre de 2017
Banderas, cagadas y árboles.
Aunque parezca raro, hay españoles que
creen que la bandera rojo y gualda es la propia de la selección de
fútbol, pero que no tiene nada que ver con la de la nación
española, porque son cosas distintas que no tienen ninguna relación.
Mil de estas banderas las va a repartir el ínclito alcalde de
Alcorcón, del PP, entre los vecinos, para celebrar el próximo día
de la Hispanidad y, de paso, defender la unidad de España. Muy
oportuno, sin duda, el gesto patriótico del señor alcalde.
No sé cuánto se habrá gastado el
señor alcalde de Alcorcón en comprar esas banderas, pero en donde
se gasta muy poco dinero este afamado regidor es en podar los árboles
de una ciudad que es una de las que más zonas verdes tiene en
España. Algunos de ellos hace muchos años que no se podan. No sé
si esto incidirá en la salud de los mismos, pero sí está
comprobado que trae consecuencias para los ciudadanos. Por ejemplo,
hay ramas bajas que han crecido lo que han querido, que están
vencidas por su propio peso y que molestan a los viandantes cuando
van por las aceras, porque tienen que agachar la cabeza para pasar, a
la vez que se acuerdan en arameo del citado señor alcalde. O,
también, la invasión sobrevenida de pájaros en la ciudad. Me
refiero a los pájaros que vuelan y que han visto que la mayoría de
las ramas de los árboles son estables, por lo que han instalado en
ella sus nidos y sus aposentos. Desde ellos, arrojan sin piedad sus
múltiples deposiciones sobre los votantes del PP que pasan por
debajo, pero también sobre los de Ciudadanos, que apoyan la inefable
gestión del alcalde, y sobre los partidarios del resto de partidos,
que están hartos del citado edil. Incluso deponen sobre quienes no
votan, como si quisieran intentar despertarles de su letargo.
Afortunadamente, la mayoría de los pájaros no acierta en su tiro,
pero los restos de la operación quedan en las calles expuestos a las
pisadas de los ciudadanos, que se llevan luego a su casa una buena
colección de bacterias adosadas a sus zapatos. Y así hasta que
llueva fuerte, claro, porque el preclaro señor alcalde limpia muy
poco la ciudad, como si él no paseara por ella o como si no le
molestara la suciedad.
Ahora al señor alcalde parece que le
han dado unas ínfulas, o, quizá, tenga que hacer méritos
patrióticos ante alguien, o quiere que sus partidarios olviden sus
inclinaciones bajo los árboles o las cagadas rozándoles la nariz, y
se dedica a gastar el dinero público en banderas. Una bandera es un
símbolo y los símbolos son importantes en todas las sociedades,
sobre todo los que promueven la unión y no van contra nadie. Pero me
parece que un buen gestor público, antes de gastarse el dinero del
pueblo en símbolos, tiene que atender a las necesidades reales y
básicas de la ciudadanía. Hablo, por ejemplo, de los árboles, de
los pájaros y de la limpieza, como podría hablar de la recogida de
la basura, de la cultura, de las infracciones de tráfico sin
controlar o del número de sus cargos de confianza. Ya era bastante
conocido el señor alcalde por su muy personal concepto de lo que es
la democracia, por el poco respeto con que trata a las feministas
-seguramente cree que sólo las mujeres pueden ser feministas-, por
su irrespetuoso trato a la oposición, por su colaboración con la
ultracatólica Fundación Educatio Servanda o por su aversión a todo
lo que suene a LGTBI. Durante la última semana del Orgullo Gay se
negó a colgar la bandera multicolor en el balcón del Ayuntamiento,
pero ahora quiere pasar a la historia, no como quien cuidó con mimo
su ciudad, sino como quien regaló banderas de las que le gustan a
él. Tengo la impresión de que nos trata como si fuéramos tontos.
lunes, 15 de agosto de 2016
Buenas noches. Vientos
¿Qué sería de nosotros sin las iglesias o sin las banderas?
¿Cómo sabríamos de dónde vienen los vientos?
Buenas noches.
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