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domingo, 25 de julio de 2021

Papeles parta aprender. Prosa de infamia

Fotografía tomada de El País.

 El escritor Antonio Muñoz Molina publica en Babelia, de El País, su experiencia con unos anónimos, llenos de odio y de cobardía, que ha recibido. 

Puedes leer el texto aquí.

domingo, 10 de junio de 2018

Feria del Libro de Madrid 2018




Por fin pude ir un rato a la Feria del Libro de Madrid. Debo de llevar una vida muy mala para no poder sacar tiempo para algo tan interesante como ir a esta fiesta de los libros.

El paseo estaba abarrotado. Había personas que se acercaban a las casetas a ver lo que se exponía, otras que simplemente paseaban por allí con el carrito del niño, algunos que iban con sus perros, arriesgándose a que los pisaran y sobrellevando como podían la ansiedad de los animales allí abajo, entre un bosque de piernas. Mucha gente y muchas colas bordeando las casetas en las que firmaban los famosos. Tuve una extraña sensación de rechazo y de pena cuando observé a algunos escritores, tocados con gorras y sombreros dentro de las casetas, sin nada que firmar. Incluso había uno disfrazado de pirata o algo así. Un escritora lucía un enorme sombrero negro, ancho y alto, que, sin duda, tendría algún significado desconocido para mí. Tampoco tenía clientes. Más allá, Antonio Muñoz Molina iba vestido con una sencilla pelliza y firmaba con un bolígrafo BIC a una legión de lectores que guardaba una larga cola. Y Javier Marías, en otra caseta, iba vestido como siempre. Por cierto, es zurdo. No sé si serán estrategias de venta.

Fui a buscar a Paco Ramos, paisano mío, y me traje firmado su prometedor libro de poemas 'Breves apuntes sobre el arte de mantener el equilibrio', editado por Huerga & Fierro.

Por el camino me encontré un libro que iba buscando, el de Meena Kandasamy, 'Cuando te golpeo o Retrato de la escritora como joven esposa', preciosamente editado por Malpaso. En él la protagonista cuenta el proceso de maltrato físico y psicológico que sufrió por parte de su marido.

De la editorial Acantilado me traje los dos libros que tiene editados de Nuccio Ordine, un profesor de literatura italiana de la Universidad de Calabria y un intelectual crítico que deberíamos leer todos. Su 'Clásicos para la vida. Una pequeña biblioteca ideal' es una joya; y 'La utilidad de lo inútil. Manifiesto' está traducido en veinte lenguas.

Ya casi de vuelta me encontré a Luis Antonio de Villena, vestido de dandi. Me dio la impresión de que este hombre tiene su mundo, pequeño e intenso, en el que hace lo que le da la gana. Tenía las uñas de la mano izquierda pintadas de blanco y la derecha llena de anillos. Me firmó su estudio sobre 'Caravaggio', que me pareció interesante.

Y cuando ya creí que no la iba a encontrar, apareció Ana Blandiana, la enorme novelista, poeta y ensayista rumana, ampliamente premiada en todo el mundo. Me traje 'El sol del más allá y El reflujo de los sentidos', estupendamente editado por Pre-Textos. Me lo dedicó en inglés, aunque yo creo que algo de español habla.

Y me volví sin que me lloviera, sin pisar ningún perro y pensando en lo grande que es que los libros reúnan a tanta gente.




domingo, 28 de enero de 2018

Buenas noches. Frases



Leo siempre El País al día siguiente de su publicación. De las novedades políticas de la jornada me entero por internet a través de diversas fuentes. Las noticias de cultura, las de deportes y las viñetas, que es lo que busco en El País, pueden esperar un día sin perder nada del interés de su contenido.

Hoy tocaba leer Babelia. La portada no me invitaba a entrar. Hablaba de Stalingrado y de la segunda Guerra Mundial. No me gusta la guerra ni como contexto de una obra literaria. Pasé de largo el tema y llegué a la página 5, en donde se hablaba de un prometedor libro que Manuel Vilas ha publicado en Alfaguara con el nombre de Ordesa. Narra en él la relación con sus padres, su separación matrimonial y la relación con sus hijos. Y también lo que él llama “la caída de España en las miasmas españolas”. Hacia el final del artículo hay una frase del propio Vilas que me ha hecho pensar. Se refiere a los hombres comunes y dice: «Somos vulgares, y quien no reconozca su vulgaridad es aún más vulgar». Gran verdad.

En la página 9 hay una entrevista con el crítico italiano Pietro Citati. Su título: “Umberto Eco no era un buen escritor”. Luego lo explica diciendo que «era un ensayista inteligente, pero como escritor, no... El nombre de la rosa era un libro malo, nunca conseguí terminarlo. No pude pasar de la página 70». Añade también que los premios literarios le parecen una estupidez y que no conoce ningún escritor joven que sea interesante.

Por fin, en la página 15, Antonio Muñoz Molina escribe un lúcido artículo que titula con una frase de Epicuro que repite Montaigne: “Hace falta ocultarse”. Pongo aquí unos párrafos que me gustan. «Dice Franz Kafka en una carta: “Un silencio como el que yo necesito no existe en el mundo”. Manuel de Falla se fue a Granada en busca de un silencio imposible en París o en Madrid, y al principio creyó haberlo encontrado en un carmen modesto del barrio de la Antequeruela, a la orilla de la Alhambra. Falla buscaba un silencio que era el del recogimiento religioso y el de la concentración necesaria para la tarea creativa, que para él formaban parte del mismo impulso. Pero descubrió con dolor que al retiro granadino en el que escondía su vida también llegaba la estridencia de los gramófonos y de los aparatos de radio. Para Falla esconderse resultó tan imposible como para Montaigne».

Qué caro es el silencio. 

Buenas noches.