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jueves, 18 de septiembre de 2008

La (mala) educación / 2 y el fomento de la lectura

Ejerzo de profesor en el IES Luis Buñuel, de Alcorcón, una ciudad que empieza justamente donde Madrid, la capital, acaba. Es un Instituto pequeño. La mitad del alumnado es inmigrante y procede de veintitantos países.

Es un Centro catalogado como de especial dificultad y, hasta ahora, era un Centro Público Prioritario. Esto último fue un invento de alguien en la Comunidad de Madrid para ayudar a los Centros de enseñanza más necesitados a que mejoraran sus prácticas y sus resultados. De estos Centros Prioritarios nadie sabe hoy nada con seguridad, ni si siguen como tales ni si han dejado de existir. Yo creo que se veían como una ayuda excesiva a la enseñanza pública y que esto resultaba insoportable.

Una de las consecuencias para mi Instituto de ser Centro Prioritario fue la remodelación de la Biblioteca, la instalación de nuevo mobiliario y la dotación de una bibliotecaria profesional para gestionarla. Eso ocurrió el curso pasado, en el que se logró que se incrementara el préstamo de libros y, en general, la lectura en el Centro.

Animados en esta línea, pensamos poner en marcha en el curso actual un Plan Lector, destinado al fomento de la lectura y con el propósito de duplicar el número de préstamos de libros realizados el curso pasado. La idea era hacer de la Biblioteca el lugar central de todas las actividades del Centro.

Un día antes de que comenzaran este curso las actividades lectivas, concretamente, el 16 de septiembre, se recibió en el Instituto la noticia de la supresión del puesto de bibliotecario. Han despedido a los pocos bibliotecarios que funcionaban en algunos Institutos y se han olvidado de las Bibliotecas. Ahora, con los horarios hechos y con los planes más o menos diseñados contando con que íbamos a tener un bibliotecario, nos encontramos una vez más tratados como de costumbre.

Hoy, además de contarte esto, quería pedirte algo que seguramente podrás hacer con gusto. Nuestra idea es desarrollar un plan, no de animación a la lectura, sino de fomento de la lectura. La diferencia es clara. Si yo pretendo que en mi asignatura un alumno lea un libro, lo estoy animando a que lea. Cuando lo termine de leer, es posible que no lea otro mientras no le animen otra vez, o, quizás, le obliguen. El fomento de la lectura consiste en crear lectores, en conseguir que le tomen cariño y afición al acto de leer. Y esto es más difícil. Es sobre esto sobre lo que te pido tu opinión. Te sugiero que te pongas en el papel de un profesor o, si lo prefieres, en el de un padre. ¿Cómo te las arreglarías para que tu alumno o tu hijo adquirieran el gusto por la lectura? Y una segunda cosa. Imagínate que tus alumnos o tus hijos son dos, uno de 13 años y otro de 16. ¿Qué libros les darías a leer a cada uno de ellos?

Yo te agradecería mucho que me dijeras algo de esto. Si con tus comentarios consigues que una persona adquiera el gusto por la lectura, vas a colaborar a la felicidad de esa persona y, también, a poner un granito de arena en la montaña de un mundo mejor. Si te extiendes mucho en tu comentario, puedes mandármelo por correo electrónico manuel.casal@educa.madrid.org y lo pondré como entrada y con el nombre que tú quieras. Espero con mucho interés y con mucha necesidad tus noticias.

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