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sábado, 16 de enero de 2021

Nacionalismos


Foto de David Expósito publicada en El País.


 Los nacionalismos, los de amplio alcance y los más pequeños, incluidos los localismos, los que necesitan expresarse con banderas para hacerse notar, juegan con la exaltación de los sentimientos para anular la racionalidad. No promueven tanto ideas, como emociones, con lo que la manipulación de las voluntades se hace más fácil. Y si al ser humano se le sustrae su racionalidad, es como si su humanidad quedara reducida a su mínima expresión. Cada vez que en la actualidad veo el uso de una bandera sin venir a cuento, pongo a buen recaudo la cartera y la mente.

lunes, 9 de noviembre de 2020

Dicho en el pasado. Sentimientos




9 de noviembre de 2018

 Nunca me gustó esa extraña asociación que se hace con frecuencia entre el amor y el corazón. Da a entender algo así como que el amor es un sentimiento. Y claro que el amor tiene una dimensión sentimental, como todo, pero si lo definimos como un sentimiento -o como una emoción- y nos quedamos en eso, me parece que tergiversamos la esencia del amor y, además, nos situamos en una perspectiva muy peligrosa. La mayor parte de los problemas de pareja -algunos muy trágicos- vienen de considerar así el amor, como algo que fundamentalmente se siente. Creo que el amor, entendido sensatamente, tiene una fuerte dimensión racional que encierra una actitud meditada y factible de procurar el bien de la persona amada, de analizar la viabilidad de una relación, de saber cómo querer a la otra persona. Todo ello irá acompañado de sentimientos y de emociones, pero limitarse a considerar estos últimos aspectos es como creer que un equipo de fútbol gana los partidos sin un plan racional y bien pensado de preparación, sintiendo fuertemente los colores del club, o algo parecido.

lunes, 28 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Banderas



28 de septiembre de 2017 

Creo que las banderas expresan y despiertan emociones y sentimientos, pero no muestran ningún argumento. Nos estamos acostumbrando peligrosamente a hablar y a vivir sin argumentos. Cada vez me gustan menos las banderas.

miércoles, 9 de septiembre de 2020

Dicho en el pasado. Sentimientos





9 de septiembre de 2017

Si no tenemos ideas no tenemos ni idea de nada. 
No estamos acostumbrados a pensar, a reflexionar, a criticar, a valorar, a racionalizar la vida. 
Sólo estamos dispuestos a sentir, a tener sentimientos del tipo que sea, constructivos o destructivos. 
Sé que en el mundo actual es muy difícil tener ideas, pero de lo que hablo es de la actitud de querer tenerlas. 
Nos basta con una emoción, pero no basta con una emoción. 
Así nos va.

lunes, 13 de enero de 2020

Buenas noches. Odio


El mundo se mueve según los sentimientos y las emociones, particularmente por el odio. El amor es solo un arma de resistencia.

Buenas noches.

jueves, 4 de abril de 2019

Buenas noches. Armonía




La razón, las emociones y los sentimientos están interrelacionados y deben funcionar en armonía, pero la razón está en horas bajas y su ausencia es insustituible. 

Buenas noches.


viernes, 29 de marzo de 2019

Buenas noches. Decisiones




No me parece acertado que tomemos decisiones importantes cuando estamos enamorados. Cuando se trata de una determinación vital, no podemos basarnos solo en las emociones, por muy potentes, ilusionantes y agradables que sean. Tiene que notarse, sobre todo, la presencia refrescante y lúcida de la razón. 

Buenas noches.

jueves, 17 de enero de 2019

Buenas noches. Emociones




Comencé a oír hablar de la relación entre la inteligencia, las emociones y la realidad al leer lo que Xavier Zubiri decía sobre la inteligencia sentiente. Luego vino el boom de la inteligencia emocional y más tarde la idea de gestionar las emociones.

A mí me parece que lo que últimamente funciona es lo que podríamos denominar la estupidez emocional, que consiste en dejarse llevar sin freno exclusivamente por las emociones, especialmente por las más negativas y destructivas, sin que la razón intervenga en ningún planteamiento, análisis o decisión. Y, por lo que veo, esto va a más. 

Buenas noches.


martes, 8 de enero de 2019

Buenas noches. Resentimiento




El resentimiento es pendular, porque es profundamente emocional. 

Buenas noches.


lunes, 7 de enero de 2019

viernes, 13 de julio de 2018

Buenas noches. Abrazo




Le quiso dar un abrazo que acercara sus vidas y que transmitiera sus emociones, pero no reaccionó. Se calló y su mundo se le cayó.

Buenas noches.

lunes, 11 de junio de 2018

Buenas noches. Tiempos




Vienen tiempos de muchas emociones, de muchos sentimientos, de mucha codicia, de mucho deseo de poder y de mucho calentamiento mental. La racionalidad yace medio muerta en un rincón apenas visible en el mundo. Allá cada cual. 

Buenas noches.


lunes, 25 de diciembre de 2017

Buenas noches. Elementos




La paradoja, el misterio, lo imprevisible, la sorpresa, la angustia, el amor, el sufrimiento, la búsqueda, el arte, la sensibilidad, las emociones, la razón, la belleza, la elegancia, los deseos, el cambio, el deber, la libertad, la igualdad, la justicia, el saber, la sabiduría. Estos son algunos de los elementos fundamentales de la vida. 

Buenas noches.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Buenas noches. Racionalizar



Creo que conviene intentar racionalizar nuestra experiencia en busca de emociones positivas que nos ayuden a vivir con más alegría y con más serenidad. 

Buenas noches.


sábado, 28 de octubre de 2017

Buenas noches. Emociones



Hay aficionados al fútbol a quienes, en realidad, no les gusta el fútbol, sino que gane su equipo. Por eso van al estadio o al campo cubiertos de bufandas, camisetas y banderas que los identifiquen con quienes 'sienten' los colores de ese equipo. Se trata, fundamentalmente, de sentir, porque si su gozo fuera algo más racional, serían capaces de vibrar, por ejemplo, unas veces con la calidad del juego del Madrid y otras, con la que genera el del Barça, y no suele darse ese caso. Es una fuerte experiencia emocional la que desean tener.

Lo mismo ocurre cuando en el teatro o en el cine nos identificamos con un personaje determinado. Si este personaje sufre, lloramos con él; si tiene una gran alegría, nos alegramos con él. En ambos casos cedemos nuestra propia vida al personaje, que se apodera de nuestro corazón y hace que, aunque no lo deseemos, nos embarquemos emotivamente en un mundo que no es el estrictamente nuestro. Tanto en el fútbol como en el cine, cuando estamos tan identificados con el personaje o con el equipo, no estamos en situación de reflexionar, sino de sentir, de emocionarnos.

Cuando hacemos uso de una bandera nos situamos en una posición similar. Nuestro razonamiento queda en suspenso y nos sumergimos en el mundo exclusivo de los sentimientos y de las emociones. Queremos, entonces, que venza lo que nuestra bandera representa y que lo que las otras banderas simbolizan quede vencido. Tienen mucho más sentido las banderas en un mundo militar que en uno civil. A mí me parece que sería deseable que fuéramos capaces de pensar y de emocionarnos, pero sin banderas. 

Buenas noches.

jueves, 5 de octubre de 2017

Amaia Bakaikoa. Sobre el enamoramiento



Interesante intervención de la psicóloga y sexóloga Amaia Bakaikoa en el programa de Radio Euskadi Boulevard. Seía importante que reflexionáramos sobre estos asuntos.

ENAMORAD@S DEL ENAMORAMIENTO.

El enamoramiento y el amor son fases con características muy diferentes pero ambos son necesarios y complementarios en las relaciones de pareja.
Al amor históricamente se le ha dotado de grandeza, trascendencia y pureza; mientras que al enamoramiento se le ha visto como algo menor, intrascendente e incluso loco y ridículo.
La fase inicial de enamoramiento aparece cuando nos sentimos muy atraíd@s por alguien y l@ idealizamos focalizando nuestra atención selectivamente en los aspectos positivos de esa persona.
Aquí surgen emociones muy intensas, pero a su vez poco profundas, de cariño, pasión y admiración.
A nivel neuroquímico se segrega feniletilamina y unas siete mil veces más dopamina que la que se produce normalmente.
En consecuencia, el deseo y la pasión son inmensos; y en ese estado de exaltación se ve todo de color de rosa, se sienten mariposas en el estómago, los nervios nos invaden ante nuestr@ enamorad@ y hay una constante ansiedad por ser correspondid@...
Estar enamorad@ es una sensación muy agradable y placentera, pero tiene una parte negativa que es esa euforia, distorsión cognitiva y obsesión por la pareja que frecuentemente impide que nos centremos en los demás ámbitos de la vida.
Esta fase suele durar entre unos meses y dos o tres años.
Mantener eternamente este estado eufórico sería una locura para una persona, y, afortunadamente, todo vuelve a su cauce y con el tiempo y el conocimiento del otr@ se va entrando en la fase de amor que conlleva mayor serenidad, estabilidad, tranquilidad y seguridad.
A nivel neuroquímico se produce oxitocina que es la responsable del establecimiento de vínculos afectivos profundos e intensos.
Y este estado sí que puede ser muy prolongado en el tiempo; incluso puede durar eternamente.
A partir de este momento amoroso es cuando se suelen establecer los compromisos que la pareja libremente decida (vivir junt@s o no, hij@s, casarse o no, fidelidad o no...)
Pero lo cierto es que hay personas que no son capaces de dar el paso del enamoramiento al amor.
Lo que les ocurre es que como ya no sienten con tanta intensidad aquello que sentían al principio, creen que se ha apagado la chispa inicial y dejan la relación pensando que está todo acabado ("ya no siento mariposas","ya no es lo que era" etc.)..
Y no entienden que en realidad esta bajada de la euforia inicial es el proceso normal deseable y por ello desechan a su pareja y van a buscar otra que les despierte de nuevo esas intensas pero poco profundas emociones.
Se pasan la vida entre parejas fugaces buscando el enamoramiento hasta que después de varios fracasos se preguntan qué es lo que hacen mal...
Son l@s enamorad@s del enamoramiento.
Y cometen un error de concepto porque confunden enamoramiento y amor.
Han introyectado la idea del amor romántico que identifica erróneamente amor con pasión desenfrenada y con la sensación de no querer despegarse de la pareja y la obligación de sentir deseo sexual a todas horas.
La elección de pareja debería estar basada en criterios tanto emocionales y pasionales como racionales.
Hay que racionalizar el amor; y cuando surge en nuestras vidas una persona que nos atrae y nos enamora, a partir de esa bella e ilusionante base hay que trabajar día a día para conocerse y llevarse bien a través de acuerdos y negociaciones que nos lleven a conseguir establecer un vínculo positivo que fortalezca y haga crecer la relación de forma enriquecedora.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Buenas noches. Argumentos



Hay momentos en los que, en lugar de sacar las banderas, que expresan sentimientos y emociones y se dirigen a ellos, habría que buscar buenos argumentos y sentarse a discutirlos, que es lo propiamente humano. Pero para eso hay que querer. 

Buenas noches.


sábado, 9 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / y 3



Si a esta sobrevaloración de los sentimientos, en detrimento de una razón que analice la realidad y que nos dé argumentos para explicarnos lo que ocurre, le añadimos el lema que con tanto éxito ha instaurado entre nosotros el neoliberalismo dominante, eso de que 'Todo vale', la mezcla resultante es tremendamente eficaz para desintegrar una sociedad que pueda resultar humana e ilusionante.

Te sugiero que analices desde este punto de vista cualquiera de los fenómenos que ocurren en el panorama político mundial y español. Intenta leer buena prensa y escuchar buena radio, a ver si encuentras alguna 'razón' que explique cualquiera de las medidas que está tomando Trump. Haz lo mismo con King John-un, o con las medidas económicas restrictivas tomadas en España y en otros países y sus terribles resultados, o con las medidas que toman por su cuenta Rajoy y los de su cuerda, o con los sucesivos y ruborizantes apoyos de ciertos votantes a partidos políticos podridos por la corrupción hasta las trancas, o con las inauditas actuaciones de ciertos independentistas en Cataluña, o con cualquier fenómeno que se te ocurra. Yo no veo racionalidad por ninguna parte y sí observo, en cambio, una exaltación de sentimientos, de apetitos, de deseos o hasta de obsesiones. Y como nadie entre nosotros se preocupa de que pensemos, de que analicemos y de que argumentemos racionalmente nada, tendemos a reproducir lo que vemos y nos vamos dejando llevar poco a poco por nuestras apetencias, por lo que sentimos o por lo que vemos, sin que preguntas como ¿por qué? ¿cómo? ¿está justificado? ¿qué consecuencias tendrá? o ¿y después qué? nos aparezcan en la mente y nos empujen a intentar contestarlas.

Fíjate, si te parece, en el estilo que muestran los grandes espacios de la televisión, en el papel que ocupan en la sociedad el fútbol y los deportes mayoritarios, en la evolución de los planes de estudios, de los que desaparece cualquier materia que nos invite a pensar. Quieren exaltar nuestros sentimientos, quieren que suframos, que nos emocionemos, que nuestros apetitos estén siempre alerta, que situemos la apariencia sensible por encima de cualquier otro criterio, pero no quieren que pensemos, no sea que nos empecemos a explicar lo que ocurre y algún día intentemos cambiar de verdad el mundo. Son malos tiempos estos para el ser humano y para la racionalidad.


Buenas noches.

viernes, 8 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / 2



Decíamos ayer que la razón, que aporta argumentos, está en horas bajas y que, en cambio, importan más, a la hora de conocer y de actuar, otras instancias, como los sentimientos, las emociones, los deseos o las apetencias.

Recordaba yo esto hace algún tiempo cuando observaba la reacción más frecuente en nuestra sociedad cuando se da un lamentable caso de violencia de género. Afortunadamente sigue habiendo entre nosotros algo de sensibilidad para condenar estos casos y para situarnos en contra de maltratos, asesinatos y demás actos inhumanos derivados del machismo que tiñe las estructuras de nuestra convivencia. Y digo 'algo' de sensibilidad porque las reacciones suelen ser tibias, nada multitudinarias y como si a la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas no les afectara demasiado la cuestión.

Lo que no entiendo es el criterio que se sigue cuando se juzgan estos actos y cuando se reacciona frente a ellos. La solidaridad con las víctimas y el lamento público por estos hechos me parecen muy importantes, pero creo que lo sería aún más si insistiéramos con fuerza en la condena del machista que realiza estos actos violentos, que explicáramos a la sociedad por qué no se debe actuar así, que analizáramos los indicios que barruntan la existencia de un machista cerca de nosotros y que cada vez que se emite una sentencia que condene a un machista, se dé a conocer y se divulgue el nombre del individuo que ha actuado de manera tan brutal. Me parece que en nuestra manera actual de reaccionar hay una maniobra muy peligrosa y que, en el fondo, le hace el juego a los machistas. Se trata de un incomprensible cambio de protagonismo. Quien verdaderamente causa un acto de violencia de género, quien debe ser señalado por la sociedad y quien merece que concentre nuestra repulsa y nuestra crítica es el machista. Él es el protagonista. Pero, en lugar de esto, se le da absurdamente el protagonismo a las víctimas, se publican sus nombres, nos lamentamos por su desgracia, nos solidarizamos con ellas, damos rienda suelta a nuestros sentimientos de compasión, rabia, miedo o ira y seguimos dejando sin explicar racionalmente qué es lo que ha ocurrido, qué cuidados hay que tener con ciertos hombres y qué es lo que puede mover a estos a actuar como lo hacen. Me imagino a los machistas contemplando orgullosos el espectáculo, sintiéndose cada vez más fuertes, porque nadie lucha eficazmente contra ellos y porque todos desviamos la mirada, y sin entender nada de por qué ni sus comportamientos ni sus ideas pueden calificarse como humanos.

El resumen de la situación me parece que es algo así como que lo sentimos mucho, que lloramos mucho la desgracia, pero que no analizamos nada y que luego nos vamos olvidando pronto del caso, porque el mundo va a toda velocidad y en seguida aparece una novedad que nos llama más la atención. Engrandecemos sentimentalmente a las víctimas y nos centramos en ellas, con lo que el machista queda a salvo de cualquier crítica. Pero con mucho sentimiento y con poca racionalidad no creo que podamos establecer una estrategia eficaz en la lucha contra el machismo, que es lo que en la realidad está ocurriendo.

Buenas noches.


jueves, 7 de septiembre de 2017

Buenas noches. Lo que veo / 1



Está ocurriendo y me parece que cada día lo estamos aceptando con más facilidad. Lo están haciendo delante de ti y creo que quieren que tú también lo hagas. Me explico.

Somos seres racionales. Como tales, tanto en nuestros análisis de la realidad como en nuestros comportamientos, debemos actuar racionalmente. Esto no quiere decir que debamos hacerle caso solamente a una hipotética razón aislada de la realidad concreta, que pudiera argumentar y explicar por sí sola lo que ocurre o lo que deba ocurrir. Una razón así de 'pura' no existe. La razón que proporciona argumentos va siempre acompañada de sentimientos, de emociones, de deseos y de todas las circunstancias en las que vivimos, que influyen, cada una a su manera, en lo que razonamos. Si alguien intenta pensar sin tener en cuenta ni el mundo concreto en el que vive ni su propia realidad personal, no se enterará de nada y posiblemente actúe haciendo fundamentalmente tonterías.

Hubo una época en la que los sentimientos, las emociones y, en general, todo lo que no fuera la pura razón estaban mal vistos. Se definía al ser humano como un ser racional, pero esto se entendía como que era un ser exclusivamente racional. Hoy, como si la historia se moviera siguiendo la trayectoria oscilante del péndulo de un reloj, creo que hemos caído en el extremo opuesto. Quiero decir que si hoy intentamos explicarnos lo que ocurre en nuestra vida y en el mundo, tendemos a hacerlo basándonos sobre todo en los sentimientos y en las emociones, no en los argumentos racionales. Y cuando actuamos, lo hacemos dejándonos llevar por lo que sentimos, por lo que nos apetece, por lo que se hace o por lo que nos gusta más. La racionalidad, que nos podría aportar un punto de vista importante para entender lo que ocurre o un criterio más justo para actuar de determinada manera, ha caído en desuso. Un desuso que está resultando ya muy peligroso.

Buenas noches.