De vez en cuando te tropiezas con
alguna persona que te pone una cara como de saber andar por casa sin
ningún problema, con pleno dominio de la situación y con una
suficiencia que parece imposible. En realidad está viviendo, como
todos, en el infinito e incomprensible mundo en el que nada es
simple ni definitivo ni completamente entendible, pero esas
personas parece que levitan en un mundo sencillo, desproblematizado,
dulce y totalmente blanco. Sus caras quieren transmitir una especie
de paz interior, pero resultan grotescas, hipócritas y hasta
insultantes. Son caras que, después de ver un par de ellas, te hacen
mirar hacia otro lado sin remedio.
Buenas noches.