Tras asistir el martes a la
inauguración de
Preludios, la serie que
Yolanda Domínguez presenta para el
Festival Off de
PhotoEspaña
en la Galería
Rafael Pérez Hernando, decidimos dedicarle una
primera tarde a contemplar algunas de las exposiciones que el llamado
XV Festival Internacional de Fotografía y Artes Visuales
presenta en Madrid del 6 de junio al 27 de julio de 2012.
Comenzamos por visitar la muestra que
se exhibe en
Loewe, en la magnífica tienda situada en la Gran
Vía, número 8, que diseñara en 1939 Ferrer Bartolomé. Se muestran
aquí, por primera vez en España, fotografías de
Scott Schuman,
uno de los fotógrafos más de moda en la actualidad. En su blog
The Sartorialist incluye fotografías de gente con estilo,
con una peculiaridad individual que la distingue del resto de los de
su entorno, algunas de las cuales forman el conjunto que podemos
observar en Loewe. Su estética es muy colorista, sus modelos
muestran una gran elegancia y suelen ser personas de la calle. La
obra de Schuman se encuentra, entre otros lugares, en el
Victoria
& Albert Museum y en el
Tokyo Metropolitan Museum of
Photography.
La segunda parada fue en la galería de
Oliva Arauna. La exposición correspondiente a PhotoEspaña no
se inaugurará hasta el 16 de junio y será una muestra del artista
portugués
Eurico Lino do Vale. Mientras tanto y hasta
el sábado 9 hay una preciosa exposición de
Concha Prada
titulada
El cuento de la lechera. La autora ha
desarrollado un trabajo ímprobo a lo largo de dos años para lograr
una instantaneidad que muchas veces parece atentar contra las leyes
de la física y de la lógica. La pregunta que surge ante la visión
de estas fotografías es siempre ¿pero cómo es posible? Es la
primera vez que la fotógrafa incluye cuerpos humanos en sus obras y
lo hace como un elemento más de la propuesta dinámica que nos
ofrece, relacionada con un mundo de ensueños y de frustraciones que
nos impiden ver la realidad. Siempre sobre fondos negros, Concha
Prada sitúa los movimientos de un ser humano en posturas acrobáticas
y de un cubo lleno de leche que se desparrama y que genera escenas de
una belleza plástica indudable.
Los fondos negros sobre los que Concha
Prada sitúa su obra podrían servir de nexo de unión con la tercera
visita de la tarde, esta vez a la muestra de
Pierre Gonnord en
la galería
Juana de Aizpuru, en la calle Barquillo, 44
titulada
Territoires. Gonnord es Gonnord y sus retratos
alcanzan unas cotas de belleza difícilmente igualables. Con un
esquema de iluminación siempre muy similar y con unos modelos muy
preparados para el acto fotográfico, Gonnord nos deleita con unos
retratos de señores, señoras, niños y niñas, a los que eleva a la
condición de personajes eternos con una estética cercana a la
pintura barroca. Pierre Gonnord, fotógrafo francés afincado en
España, provoca la admiración del espectador que difícilmente
quedará indiferente ante su obra.
La última etapa fue en la galería
Elvira González, en donde la fotógrafa alemana
Uta Barth,
usando el color blanco como base de su obra, muestra las atmósferas
posibles en un ámbito doméstico en donde la luz es la protagonista.
La calidez y la calidad de su obra están muy bien contextualizadas
en la galería, que aparece como el lugar idóneo para la
contemplación de esta exposición.
No es conveniente abrumar la
sensibilidad con excesivas experiencias similares, por lo que
decidimos terminar la tarde cambiando un poco de registro. Fuimos a
ver La loba, la obra de Lillian Helmman
que pone magistralmente en escena Nuria Espert al frente de un
estupendo grupo de actores. Tuve la suerte de contemplar a la actriz
desde la primera fila: su mirada penetrante, su boca que hablaba
incluso sin pronunciar palabra alguna, su dicción perfecta y su
desenvolvimiento por el escenario para llenar completamente la escena
con su presencia. Una gozada de mucho altura.