Habló Wert y largó el disparate.
Vuelta a las reválidas. Los problemas reales de la educación están
en el principio, en el diseño curricular, y en el desarrollo, en los
métodos pedagógicos y didácticos que deberían usar los
profesores, no al final, no en los exámenes, pero estos políticos
alejados del mundo real son incapaces de ver esto. Sólo miran a los
alumnos buenos y a aquéllos a los que sus padres pueden pagarles
profesores particulares. No han visto jamás a un alumno ni a un
profesor, pero se permiten el lujo de opinar y de legislar sobre el
tema. No sé si engañan con descaro o lo hacen porque están
engañados ellos mismos. Ahora se les ha ocurrido rehabilitar las
reválidas. Hasta ellos mismos no quieren llamarlas así porque dicen
que les suena a antiguo. La cosa es tragicómica. Hasta los
franquistas no las querían en su tiempo porque decían que sólo
servían para estrangular el camino académico de los alumnos, pero
aquí tenemos a estos dirigentes zoquetes, ignorantes y ocurrentes,
capaces de descubrir otra vez el teorema de Pitágoras y asegurar que
es algo nuevo. Esto se pone demasiado mal.
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