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martes, 26 de mayo de 2015

Lo que creo que ha quedado tras las elecciones.



Ni Manuela Carmena ni Ada Colau son militantes de Podemos. Tampoco lo son de los partidos por los que se presentaban ni Ángel Gabilondo ni Luis García Montero. Si quieren pactar, ¿quién pondrá las condiciones, ellos, los partidos o sus grupos?

Lo de los pactos lleva camino de convertirse en un espectáculo enorme. En este asunto se van a retratar los partidos mucho más que en los programas.

¿Van a exigir Podemos y Ciudadanos las mismas condiciones y en la misma forma que le han exigido a Susana Díaz en Andalucía?

Los defensores del pluripartidismo ¿tienen pensado cómo se gobierna así o van a hacer lo posible por llegar al monopartidismo?

¿Por qué nadie en la campaña ni en los programas ha hablado de la manera de financiar lo que pretenden hacer?

¿Qué ha pasado con el voto de las mujeres? El único partido que llevaba el mismo número de mujeres que de hombres en sus listas era el PSOE. ¿En qué situación quedan los problemas de discriminación que sufren las mujeres en el resto de partidos?

¿Van a hacer suyos los partidos de izquierdas el aire fresco que viene de Podemos?

¿Serán capaces Ciudadanos y Podemos de quitarse de encima el aire de intransigencia con el que han aparecido?


Espero que las negociaciones y los pactos no olviden los problemas concretos y reales de los ciudadanos.

martes, 30 de abril de 2013

No generalicemos tan a la ligera




Ya me tenía cansado, pero ahora me está empezando a preocupar esa simpleza tan en uso que consiste en generalizar para describir lo que pasa.

Ya está bien de aguantar esa cantinela de que todos los políticos son iguales y que la crispación que se palpa en el ambiente es fruto de todos ellos.

He visto a muy pocos -la verdad es que no recuerdo a ninguno- políticos de izquierdas generar crispación. Si defender políticas en favor de la colectividad, que buscan el bien de todos y que permiten que todos puedan vivir con dignidad y ejercer sus libertades irrita a la derecha, eso no es crispación. Eso es que la derecha no quiere perder sus privilegios y reacciona a través del odio contra todo lo que huela a socialismo.

En cambio, veo a la mayoría de políticos de la derecha defender posturas de intransigencia, de fanatismo, de incultura, de individualismo feroz, de pisotear los derechos de los demás, de mentir sin disimulo, de tratar como tontos a los ciudadanos, de no ceder en nada en sus privilegios, de atacar constantemente, con razón o sin ella, a los adversarios políticos, a los que trata de enemigos, de querer tratar a los trabajadores como si fueran esclavos, de tratar a las mujeres como si fueran paridoras a su servicio, de negarse a ceder ante cualquier posible acuerdo, etc. etc. Y eso sí genera crispación. Eso es poner en práctica tratos inhumanos sin más excusa que la de favorecer sus negocios y sus intereses materiales.

Ya está bien de aguantar la cantinela estúpida de que todos son iguales. Lo que se va a lograr así es que se desestructure la sociedad, que se desmovilice y que venga un espabilado de derechas e imponga una dictadura económica aún peor que la que estamos sufriendo. ¿Hacia dónde queréis que vayamos? ¿A quien queréis apoyar?




domingo, 21 de octubre de 2012

Mirando por la ventana: Las puertas del fascismo



En España hay muchos que en su casa tienen algo que ocultar. El virus de la corrupción ha entrado en muchos lugares, incluidos los partidos políticos, y ninguno de ellos puede decir que esté absolutamente limpio. 

No es mi intención hacer un recuento de quién aporta más a la lamentable lista de la corrupción, aunque, si lo hiciera, estaría seguro de los resultados. Me interesa más resaltar un aspecto de la corrupción que no consiste en llevarse dinero o en favorecer a los amiguetes cuando necesitan algo. Tampoco quiero fijarme en el estilo con el que los gobernantes actuales del Estado tratan a los ciudadanos, estilo igualmente corrupto y maloliente. 

Lo que más me duele y lo que más peligroso me parece, si lo que se quiere es lograr una convivencia democrática de todos, es comprobar que el PP parece ir por la vida avasallando, creyéndose que su ideología es la única posible, provocando a los que no son del PP, intentando, no convivir, sino machacar a los diferentes hasta aniquilarlos, ignorando los disparates que dicen y hacen, confundiendo a los adversarios políticos con enemigos, tratando sin piedad a los ciudadanos como a súbditos, sin la menor noción de lo que son los hombres y las mujeres de Estado, disponiendo de lo público en aras al negocio como si fuera de su propiedad, negándose a cualquier tipo de diálogo porque no está dispuesto a ceder ni un ápice en sus posiciones, mirando para otro lado ante cualquier pacto que le ofrezca la oposición, gobernando con descaro en favor de sus intereses particulares y olvidándose de los intereses generales de los que los han situado -ellos sabrán por qué- en los puestos que ocupan. Es una intransigencia de tal calibre la que profesan estos señores y señoras que a veces hacen dudar de su salud mental. No me imagino un grupo de amigos en los que unos quieren siempre que los demás hagan sólo lo que les da la gana a ellos. Pues así está siendo gobernada España, con una corrupción moral, profesada y consentida, que asusta a quien quiere actuar como un ser humano y que está abriendo las puertas de par en par al fascismo.