No he podido ir a la Asamblea en
Defensa de la Cultura, que se ha celebrado hoy en el Círculo de
Bellas Artes, en Madrid, pero quiero expresar aquí mi solidaridad,
por una parte, con los trabajadores de la cultura en todas sus
variantes, y, por otro, con los amantes de la cultura. El ser humano
no es un ser natural, como un árbol o un gorrión, sino que es un
ser de cultura. La cultura es lo que le permite desarrollarse como lo
que es, lo que le hace llegar a ser humano. Ir contra la cultura es
ir contra la humanidad y contra cada uno de los seres humanos. Esta
es la afronta más profunda que esta especie de Gobierno que sufrimos
le está haciendo a los ciudadanos, la que sufrimos hoy y sufriremos
todos en el futuro, la que hará que el país se atrase. La herida de
una cultura maltratada es imperdonable, porque tardará mucho en
cicatrizar y dejará secuelas en todos. Ojalá estos insensatos dejen
pronto el poder y podamos volver a ser una sociedad en la que la
cultura esté y brille en cada ciudadano.