El ser humano tiene que sufrir. Hay un
sufrimiento natural, que está en su propia constitución, en su
imperfección. El dolor, la degradación y la incapacidad son siempre
factores humanos que nos producen sufrimiento. Hay que contar con
ello y, a ser posible, aprender a vivir con ello.
Pero, trágicamente, hay otro tipo de
sufrimiento, que no deriva de la finitud de su ser, sino que es un
conjunto de creaciones humanas derivadas de su voluntad, de sus
intereses, de su egoísmo, de su ansia de poder, de sus deformaciones
mentales, de su ignorancia, de sus miedos, de su afán por sentirse
superior a los demás, de imponer sus criterios. Son invenciones
innecesarias de mentes deformes que generan un sufrimiento atroz,
brutal, extendidísimo, vergonzoso e inhumano.
Nadie nos escapamos ni de uno ni del
otro.
Lo peor es que hacemos muy poco por no
escaparnos.
Buenas noches.