Las aficiones juegan en la vida
concreta de cada uno un papel mucho más importante del que creemos.
Suelen ser una fuente de placeres y de desarrollo personal que no
deberíamos desdeñar. Quien no tiene aficiones se suele refugiar en
los sustitutivos que nos ofrece la sociedad para adocenarnos y
adormecernos, como la televisión, el fútbol y demás. Creo que
andar con buenas aficiones ayuda a que suba la calidad de nuestra
vida y que sería bueno abrir lo más posible el abanico y la variedad de ellas.