El fino estratega que decidió poner en el Ayuntamiento de Madrid una segunda bandera de España en el lugar que otros años, en estos días
de reivindicaciones, ocupaba la del colectivo LGTBIQ+ no ha podido
ocultar su ideología: el Estado es más importante que las personas
y no va a ayudar a este colectivo. Parece que piensan que en
cuestiones sexuales y de género -y en casi todas- todos los
ciudadanos y ciudadanas deben formar parte de un haz (fascio,
en italiano) uniforme, sin que la libertad personal tenga cabida en
él. Todos deberíamos saber a qué atenernos a la hora de votar,
pero esto parece imposible.
Buenas noches.