Descubrí a esta compositora enseñando una de sus partituras para piano, como suele sucederme muchas veces. Concretamente, llamó mi atención su “Tickling Toes”, una pieza breve que describe la alegría infantil de jugar sobre la hierba con los pies descalzos. Me sorprendió gratamente el carácter juguetón de la obra, lo bien captada que estaba esa esencia de lo feliz, de la despreocupación que todos sentimos en la niñez al hacer travesuras, de ese rescoldo de Mark Twain que late en cada nota y pude concluir que la música de Price logra transportarnos allá donde ella se siente viva...
Puedes leer el artículo de Marta Muñiz Rueda pulsando aquí.