Estamos contaminados: el aire que
respiramos, el ruido que soportamos, los mensajes que recibimos por
todos los medios y por todas las redes, los alimentos que comemos,
los ríos que recorren nuestra tierra, los mares sin los que no
podríamos vivir, los valores en los que creemos y aquellos otros en
los que no creemos, nuestras propias ideas. Nadie nos va a
descontaminar. Es una tarea que nos toca afrontar a nosotros mismos.
Buenas noches.