Hay ocasiones en las que la vida te
pone en la garganta una vivencia demasiado grande. Se te hace
imposible entonces seguir adelante sin que se te salten las lágrimas
o sin que pares de seguir a tu ritmo y te hundas un rato en lo que
sólo tú eres capaz de comprender. Son esos momentos en los que la
alegría de alguien te sobrecoge, o su llanto hace que te
identifiques con su sufrimiento, o la vivencia de la degradación
ajena te produce pensamientos y sentimientos solidarios, o cuando
alguien te confiesa que has influido en su vida, o cuando eres capaz
de condensar en una frase un dolor callado que llevas arrastrando
largo tiempo o cuando ya no puedes más.
Pero ahora es el momento de
des-anudarnos la garganta, de quitarnos la cargas pesadas y de
entregarnos a lo bueno, a lo bello.
Libera también tu cariño y que llegue
a tod@s esta noche. Buenas noches.