HIERRO
Hacia
1200 a.C. los dorios invadieron Grecia y los hititas dominaban
Anatolia. Estos pueblos indoeuropeos tenían armas de un material
superior, el hierro. Las puntas de bronce rebotaban en los escudos de
hierro y las espadas de hierro rompían los escudos de bronce. El
descubrimiento del hierro en el centro de Europa fue llegando poco a
poco a todos los rincones del mundo conocido. El hierro es muy
abundante en
la corteza terrestre, pero la temperatura de fusión es mucho más
alta que la del cobre y solo en aleación con el carbono adquiere
dureza y ductilidad. El hierro es un descubrimiento de una época en
que las tribus indoeuropeas ya estaban diseminadas, por eso no hay un
nombre común a estas lenguas como sí lo hay para el caballo, el
toro o el cerdo. En latín se llama ferrum.
El castellano elimina por influencia euskera la h
inicial y diptonga la e>ie.
Bueno, en muchas partes de América aún se dice fierro.
La f inicial
la recupera el adjetivo férreo.
En catalán y en gallego-portugués es ferro.
Pero en euskera es burdiña,
quizás derivado de urdiñ,
azul. En castellano hierro tiene muchos derivados: herrar,
herradura,
herrada,
herrero,
herramienta,
herrumbre,
aferrar,
ferretería
y Ponferrada,
por el puente reforzado con hierro que el obispo Osmundo hizo para
los peregrinos en el s. XI. En griego el hierro es síderos,
de donde viene siderurgia.
En cambio sideral
no tiene nada que ver, viene de otra raíz, de sidus,
estrella, y de esta deriva considerar,
en principio examinar las estrellas.
ACERO
Es
la palabra latina aciarium,
derivada de acies,
que significa filo, y era el nombre que todos los estudiantes de
latín se encontraban en sus terribles textos de las traducciones
significando batallón, escuadrilla. Las acies
romanas atacando a diestro y siniestro. Uno ya de mayor descubre que
hay otros textos preciosos en latín, por ejemplo de tema amoroso,
pero que se nos escamotearon cuando éramos niños; ¿el sexo es muy
peligroso, la guerra no? De la misma raíz que acero son agudo,
aguja,
agrio,
ácido,
aceite. El
acero, aleación de hierro y carbono, aparece en época plenamente
histórica, en el Mediterráneo, y esta aleación se convertirá en
el más importante material durante siglos, para las armas (acero se
convierte por metonimia en sinónimo de espada, "desenvainó el
acero"), para instrumentos domésticos y para la industria en
general. El sonido originario, gutural y sordo, K,
de acutus,
agudo, se vuelve sonoro en agudo,
aguja, pero ante e,
i viene
a pronunciarse con los dientes en acero,
ácido,
aceite,
y solo en cultismos como acutángulo
recupera su articulación originaria.