La misandria o el mundo al revés, por Mara Amo, en MasticadoresFEM

 Si usted se ha declarado alguna vez abiertamente feminista, coincidirá conmigo en que en repetidas ocasiones hemos visto desacreditada nuestra lucha y nuestros argumentos en algún que otro debate informal con frases como “del servicio militar obligatorio para los hombres poco habláis”, “los hombres se suicidan mucho más que las mujeres”, o bien “en España hay muchas leyes que defienden a la mujer y discriminan al hombre”. Ya si es un hombre -porque suelen ser ellos quienes difunden estos discursos, aunque no nos olvidemos del creciente número de mujeres que en la actualidad se posicionan contra el feminismo- con algo más de conocimiento sobre el tema sacará a relucir el curioso vocablo “misandria”, insinuando que –y esto no me pueden ustedes negar que no lo han escuchado veces- actualmente el foco del odio ha pasado de la mujer, discriminada desde los principios de la Humanidad, al hombre, denigrado hoy en día, según muchos.

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Suicidios inconscientes

A grandes rasgos, son dos los modelos de sociedad que hoy parecen posibles. Uno, el socialista, que, pese a los errores y a las falsas interpretaciones interesadas, pretende basar la sociedad en la igualdad de todos sus miembros. Otro, el neoliberal, que pese a todos los eufemismos, mentiras, presentaciones deformadas, idas, venidas y desmentidos, no se basa más que en la libertad de sus miembros para hacer lo que puedan, a sabiendas de que los poderosos, los ricos y los más listos tendrán más posibilidades reales de vivir bien que los ciudadanos de a pie, los pobres y todos aquellos a los que se les dificulta el acceso a la cultura.

Por lo que me pregunto es por los diabólicos mecanismos que se habrán puesto en marcha para que, en España, los ciudadanos le hayan dado la mayoría absoluta a unos neoliberales que les están acercando a marchas forzadas a la esclavitud, a la pobreza y a desolación, con un trato cada vez más indigno, más chulesco y más inhumano. Y que lo mismo haya ocurrido en varios países de la Unión Europea. Y que la situación del Parlamento Europeo sea igual. ¿Saben los ciudadanos españoles que todos estos recortes y sufrimientos van encaminados, no a crear una sociedad más justa e igualitaria, sino una neoliberal, en la que lo van a pasar muy mal, salvo que sean ricos? ¿Piensan estos ciudadanos antes de votar o antes de no votar? ¿Saben estos ciudadanos que en unas elecciones se están jugando literalmente la vida? ¿Es tan intensa la falta de información, de educación y de cultura? ¿Es posible una salida que no sea la del suicidio inconsciente?