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martes, 7 de octubre de 2014

- Buenas noches. Transición ética




En este país se han hecho muchas transiciones, pero ha faltado la más importante, la fundamental, la que nos hubiese convertido en seres verdaderamente humanos: la transición ética. Por eso hay tantos golfos. Por eso, aun sin querer, nos estamos engolfando todos. Cuando sepamos por qué se deben hacer ciertas cosas y por qué no se pueden hacer otras, y eso sea lo más importante para todos, podremos hablar de un país democrático y serio. Mientras tanto, esto es una selva, un reino de golfos cuyas golferías salen a la luz porque los medios de comunicación tienen que vender, que si no, tampoco. 

Buenas noches.

domingo, 14 de octubre de 2012

Mirando por la ventana. Templos




Hay algunas cosas, pocas, que se sitúan por encima del ser humano. No me refiero a seres trascendentes, a dioses ni a inventos parecidos fruto de la debilidad humana. Me refiero a todas esas instancias que son más importantes que la individualidad humana, como la ética, la ley o la política. Su importancia radica en que se refieren, no al yo, sino al nosotros; no a mi vida particular, sino a la vida de todos. El inhumano individualismo del neoliberalismo que nos invade y nos asfixia está acabando con esta visión del ser humano como un ser social, pero eso no quiere decir que haya perdido su vigencia. Que la gente sepa cada vez menos aritmética no quiere decir que 2 + 2 no sigan siendo 4.

Mañana me toca visitar uno de los lugares en donde habita una de esas entidades superiores al individuo. Es el sitio en el que unos servidores de los ciudadanos, elegidos y pagados por estos, se dedican a hacer las leyes por las que se va a regir la vida de todos. Quizá sea esta la labor más sagrada, si se puede hablar así, de las que se desarrollan en la sociedad y tiene lugar, claro está, en el Congreso de los Diputados.

Hace un par de años, participamos, en nombre del IES Luis Buñuel, de Alcorcón, un grupo de alumnos y alumnas y yo mismo en un trabajo que pretendía fomentar la igualdad entre los hombres y las mujeres, a la vez que difundir el espíritu de la Transición, que nos ha permitido vivir la época más dilatada de democracia en España. La convocatoria incluía un homenaje a los padres de la Constitución que, por diversas razones, no se ha podido celebrar hasta ahora y que va a tener lugar mañana.

En los tiempos que corren veo la democracia seriamente amenazada, por una parte, por una derecha que va a lo suyo con descaro y que no ve -o no quiere ver- lo que significa ser ciudadano en una sociedad democrática; y, por otra, por una extraña izquierda, que termina haciéndole el juego usando métodos de derechas, como la manía de generalizar y meter a todos en el mismo saco, o poniendo en práctica estrategias ingenuas, como la de lograr la desmotivación de buena parte de los votantes en vísperas de las elecciones, de confundir el debate político con las discusiones de ateneo o la alegre sustitución de la representación por la asamblea. Pero, a pesar de todo esto, creo en la democracia, en una democracia que necesita eliminar todas las deficiencias que ha ido adquiriendo, posiblemente por falta de autocrítica.

Mañana iré al Congreso como el que va a un templo, no en el sentido religioso, sino en el de alguien que va allí a estar con algo que es más importante que uno mismo, algo que le infunde un profundo respeto por lo que significa para la vida humana en sociedad. Espero encontrarme allí con diputados y no con mercaderes.