Sal de ti.
Sal de tus seguridades, de
tus rutinas, de tus trincheras, de tus recetas, de tu pueblo, de tu
mundo.
Sal.
Abre los ojos.
Pregunta mucho.
Escucha más.
Relaciónate
con todo y con todos.
No reprimas tus sentimientos.
Dale vida a tu
cuerpo y a tu mente.
Ábrete a mundos nuevos.
Descubre en otros lo
que no ves en ti.
No pierdas ni un momento de tu vida en odios, ni en
rencillas, ni en malos rollos ni en nada que te empequeñezca.
Baila
con la belleza.
Sufre con la desgracia.
No pienses que hay nada tuyo
en el mundo.
Invéntate cada día.
No busques la felicidad, sino el
amor.
Sal a buscar todo esto y, si lo encuentras, vuelve a salir a
buscar más.
Todo lo que merece la pena está ahí fuera.
Buenas
noches.