Hay algo, que no tengo racionalizado
del todo y que, por tanto, no acabo de entender con suficiente
claridad. Afecta a las relaciones entre la ética, que es algo
personal y que afecta al comportamiento de una persona en la
sociedad, y la política, que es la manera de organizar una sociedad
para intentar lograr el bien común.
Tenemos ahora el caso del concejal de
Ponferrada, Ismael Álvarez, condenado hace diez años por acoso
sexual a una mujer. Los concejales del PSOE están siendo criticados
e invitados a abandonar el partido por pactar con el acosador para
poder lograr la alcaldía. La clave parece que está en que el delito
de Álvarez es el de un acoso sexual, delito que me parece realmente
deleznable, pero cuya condena cumplió ya el concejal.
Yo me pregunto, no tanto por uno u otro
partido, sino por los ciudadanos de Ponferrada que venían sufriendo
las políticas del PP. ¿Qué pensarán? Desde un punto de vista
político y visto el resultado electoral ¿están condenados a
soportar sin remedio el gobierno del PP, sin que quepa otra
posibilidad, dado que el tal Álvarez ha sido elegido
democráticamente y está en el Ayuntamiento?
Me pregunto también quién ha hecho
más daño a alguien y quién puede ser considerado éticamente más
deleznable, si el concejal Álvarez, con su delito de índole sexual
a cuestas, o, por ejemplo, el señor Rajoy y su corte de ministros,
diputados y concejales, que no parece que tengan delitos de tipo
sexual, pero que han hecho un daño social, económico y político de
una magnitud descomunal. Se supone que si el PSOE firma un pacto con
el PP sobre cualquier asunto, la protesta será, por lo menos, igual
que la que está habiendo en Ponferrada y que se obligará al PSOE a
deshacer ese hipotético pacto. ¿O es que aún los delitos sexuales
tienen ese plus que los hace superiores a todos los demás? ¿La
política sólo es posible entre personas 'puras'? Mientras tanto,
los problemas reales de los ciudadanos ¿deben esperar a que los
políticos se 'purifiquen'?
No sé. Hay algo que no entiendo en
todo este asunto.