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lunes, 1 de agosto de 2011

Intereconomía. Algo les ha pasado.



A primera vista, todo esto que se observa en este invento parece fruto de una mezcla de alguna de esas enfermedades psicosociales que nos azotan y, sobre todo, de mucha ignorancia. Quizá el guionista o el que autoriza este anuncio o los dos tengan algunas lagunas en su formación, porque no tengo datos contrastados para pronunciarme sobre posibles limitaciones neuronales, cosa que, sin embargo, viene enseguida a la mente al oír estas cosas, pero que se rechazan rápida y diligentemente por no poder probarlas y porque el que en el siglo XXI existan aún personas que se manifiesten de esta manera. te parece más propio de un folletín de mal gusto o de una borrachera medieval que de nuestra sufrida realidad.

El caso es que lo que te encuentras en este anuncio es que estos señores se inventan una realidad deformada y se la atribuyen a aquellos a los que parece que odian. Muchas cosas de las que dicen tienen visos de no ser más que  proyecciones inconscientes e inadvertidas de sus propios prejuicios, mientras que otras tienen toda la pinta de ser puros inventos interesados. Todo parece muy burdo y muy simplón. No parece que sepan nada de lo que dicen, pero hacen afirmaciones tajantes y falsas, como suelen ser las expresiones de los ignorantes y de los charlatanes iluminados que toman por tontos a los oyentes. Como dice mi amiga Aurora, el problema no es lo que piensan, sino lo que dicen, porque no parece que hayan pensado mucho estas cosas que sueltan aquí. ¿Qué les habrá ocurrido para que se dediquen a echar fuera esas barbaridades? Nietzsche diría enseguida que parecen unos resentidos, pero ya se sabe que Nietzsche era un exagerado.

Tómate, por favor, lector o lectora, la molestia de informarte bien antes de pronunciarte sobre las cosas que dicen estos señores de Intereconomía. ¿Quién quiere asesinar niños? Posiblemente el anuncio este se refiera a los que en las Comunidades Autónomas hacen recortes en sanidad. ¿Quién quiere eliminar ancianos? Serán seguramente aquellos a los que les cuesta tanto trabajo aplicar con diligencia la Ley de Dependencia. O quizá  los que tanto y tanto lucharon para que no se sedara a los enfermos terminales que sufrían atrozmente en los hospitales ¿Quién quiere que el Estado programe a los alumnos? No tiene más remedio que ser los que defienden la enseñanza privada y el adoctrinamiento religioso en las escuelas. ¿Quién miente? Pues... ¿y si son, a lo mejor, estos señores de Intereconomía, que no quieren dejar de aparecer en su invento?

La verdad es que con el odio que chorrea de este anuncio y el falseamiento de la realidad que refleja no podemos hacer una sociedad de seres humanos en la que quepamos todos. Porque no creo que lo que quieran es que no quepamos todos. Si no, no se entendería que pusieran como fondo la Oda a la alegría, que Schiller concibió como Oda a la libertad, en donde se oye que todos los hombres seremos hermanos y en donde se repite eso de "Este beso para todo el planeta". Debe de ser un mal sueño de una noche de verano fruto de la calor, que es muy mala y altera mucho la mente. Yo de ellos, lo retiraba para no quedar mal.