Cuando
estamos mal, cuando la angustia se apodera de nosotros o,
simplemente, cuando estamos cansados, tendemos a creer que estamos
solos en el mundo, que no tenemos que preocuparnos por nadie porque
no tenemos nada que aportar y que el mundo debería dejar de ser tan
canalla. Menos mal que todo pasa.
Buenas noches.