Hay poderes establecidos y poderes
fácticos. Tanto poder tienen un presidente de algún gobierno como
un pirómano avispado, un conductor estúpido o un niñato maleducado
con algún artefacto en las manos o en los pies. Poco a poco tu
mundo, mi mundo y el mundo van quedando en manos de quienes tienen
estos poderes. Todos parecen tener en común un descarado interés
por destrozar cualquier mundo. Hay que vivir cada instante con la
mayor intensidad posible, como si fuera el último antes de que
sobrevenga inesperadamente una decisión de alguien con algún tipo
de poder.
Buenas noches.