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viernes, 17 de enero de 2014

Lo que veo cuando miro. Cortinas de humo





Aprendamos a distinguir las cortinas de humo -cuya misión es la de desviar nuestra atención de algo que no quiere el poder que se vea- y la realidad. La reforma insultante de la ley del aborto, la emisión de normas sin debatir para que se cree escándalo, las represiones callejeras brutales, las declaraciones estúpidas de ministros que se hacen -o son- tontos, etc. funcionan, además de como actos fascistas, como excusas para que olvidemos, por ejemplo, que sigue existiendo Bárcenas y Cia., que hay muchísimos del PP implicados, que la democracia y la sociedad están maltrechas, que estamos en manos de una banda de corruptos brutos que van descaradamente a lo suyo, y que lo único que pretenden es cambiar las estructuras económicas del país en su propio beneficio. Debemos procurar entender lo que hay, a pesar de lo que oigamos y de lo que veamos. Buenas tardes.

sábado, 17 de agosto de 2013

Buenos días. Lo de ...

Lo de Gibraltar tapa lo de Bárcenas. Lo de Bárcenas tapa lo del paro. Lo del paro tapa lo de la sanidad. Lo de la sanidad tapa lo de la educación. Lo de la educación tapa lo de la violencia de género. Lo de la violencia de género tapa lo de la destrucción de las estructuras del país. Lo de la destrucción de las estructuras del país tapa lo del fútbol. Lo del fútbol tapa lo de Gibraltar. Lo de....

Buenos días.

lunes, 15 de julio de 2013

Enseñando a leer al Sr. Rajoy

Vamos a intentarlo otra vez, señor Rajoy, a ver si logramos pronunciar todas las palabras para que no piensen que es usted incapaz de hacerlo. Vamos a ver hoy que hay varias maneras de pronunciar las cosas. Por ejemplo, la B con la A y con la R se pueden leer o bien 'Bar' o bien 'Di'. La C con la E puede sonar 'ce' o puede ser también 'mi'. Y la N con la A y la S se puede decir 'nas' o también 'sión'.

O sea, señor Rajoy, que BÁRCENAS puede leerse como 'Bárcenas' o como 'Dimisión'. Vamos a intentarlo, que es muy fácil, señor Rajoy.

Nada. Imposible. Por las buenas no hay manera.

miércoles, 3 de julio de 2013

Buenos días. Marianito aprende a leer





-Hoy vamos a hacer ejercicios de lectura, -le dijo la monja. A ver, Marianito, que esto es muy sencillo. Mira. La B con la A suena 'ba'. Y, si le añadimos una R, se lee 'bar', como ese sitio a donde van papá y mamá a tomar cañas. ¿Cómo es, Marianito?

-'Bar', dijo Marianito con mucha claridad.

Muy bien. Luego, la C con la E se lee 'ce'. Si juntamos las dos cosas que ya sabemos, suena 'Barce'. Esto te servirá luego para cuando tengas que hablar de Barcelona, por ejemplo, porque empiezan igual.

-Ah, esssstá bien- dijo Marianito.

-Muy bien- dijo la monja mecánicamente.

-Sigamos. La N con la A, se lee 'na', pero si le añadimos una S al final, sale 'nas'. A ver cómo te sale, Marianito:

-'Nas'- dijo el niño con toda claridad.

-Ahora, si unimos las dos sonidos que hemos aprendido 'Barce' y 'nas' y le ponemos una tilde -espero que sepas lo que es una tilde, Marianito, rico- en la A de 'Bar', resulta 'Bárcenas'. A ver, repítelo tú solo, hijo. Puedes alargar la s final si te apetece, que ya veo que te apetece mucho. Anda, dime, ¿cómo es?

Marianito empezó a ponerse rojo, verde y violeta, pero no fue capaz de pronunciar la palabra entera. A pesar de la insistencia de la monja, no hubo manera.

-Pues te castigo a soportar tres ruedas de prensa con preguntas y a jugar todos los recreos con los periodistas- le dijo la monja.

-No, no, essso no, por favor- gritó Marianito con los ojos que parecía que se le iban a salir de sus órbitas.

El niño vivió con mucho sufrimiento aquel episodio y se le formó un trauma de mucho cuidado porque no podía pronunciar aquel nombre. La monja, sin embargo, viendo lo que podía venir después, le dijo con el gesto muy serio:

-Pues, si no te sale 'Bárcenas', con los fácil que es, mañana vamos a aprender a pronunciar 'Dimisión', 'Impuestos a los ricos' y cosas así. A ver qué va a ser esto.

Así fue como al niño Marianito se le formó un trauma que le impedía pronunciar algunas palabras. Cuando Marianito salió del colegio, seguía en la misma situación. La monja decía que parecía que las palabras se le pudrían en el cerebro.

Espero que tú puedas pronunciar cualquier palabra. Buenos días.

domingo, 10 de marzo de 2013

La momia




Los de Mao, Lenin, Ho Chi Ming o Evita Perón son algunos ejemplos célebres de embalsamamiento de cadáveres. O, si se prefiere, de utilización de la persona, en forma ya de personaje, tras la muerte, para crear o hacer pervivir el mito y para dar pie a la aparición del rito de la peregrinación, posiblemente muy útil para algunos. Ahora, el procedimiento continúa con Hugo Chávez, que permanecerá en la memoria de muchos ciudadanos y servirá para mantener viva la causa por la que luchó.

En España, por lo que conozco, no se da mucho esta ocurrencia del embalsamamiento. Es más frecuente la momificación en vida, una especie de alejamiento de la realidad, con refugio en palacio incluido, y con apariciones esporádicas a través de un monitor. A la momia se le instala entre el serrín interior un reproductor de sonidos y en el monitor aparecen palabras más o menos silbantes, pero carentes de cualquier significado, precaución que han tomado pronto y con mucho cuidado los momificadores. Cuentan estos con un servicio de eufemismos -que lleva una empresa privada, claro- y con un diccionario de uso, del que han suprimido las palabras adecuadas, aquellas que se refieren a la parte de la realidad que no le interesa a la momia, que está convencida de que si no se pronuncia la palabra, la realidad a la que se refiere no existirá. Por ejemplo, no aparecen 'rueda de prensa', 'Bárcenas', 'responder', 'ciudadano', 'violencia de género', 'recortes', 'rescate', 'desahucio', 'desalojo' 'malo' 'peor' o las primeras personas de las conjugaciones, en todos sus tiempos, de verbos tales como 'dimitir', 'mentir' o 'arrepentirse'. El propio diccionario está diseñado para que utilice con frecuencia las expresiones 'herencia recibida', 'y el partido socialista más', 'viene del Gobierno anterior' y 'ustedes mintieron', ésta última, de aparición automática cuando a la momia se la acuse de mentirosa. Son supersticiones que se dan en las mentes de las momias cuando aún están en vida.

Las salidas al exterior de la momia se reducen a las estrictamente necesarias, para lo cual tiene instalado un sistema de estiramiento de las piernas, que normalmente están en posición de sentadas, y un artilugio que reproduce fielmente los movimientos propios del andar. Los ciudadanos todavía creen que la momia, a la que ven a través del monitor siempre, es, en realidad, el ser vivo al que se le parece, pero pronto se darán cuenta de que hace tiempo que éste huyó, preso de sus propias contradicciones y sin poder dar solución al problema que le pedía todo el mundo: que aclarase lo que estaba pasando. Como su forma de ser, esa de hablar sin decir nada, no le permitía ofrecer ninguna claridad creíble, optó por la momificación. Y así sigue, mientras pueda.




lunes, 21 de enero de 2013

No aprendemos




Cuando la codicia es el criterio, vale todo. Cuando lo mío es lo que importa, es probable que surjan luchas internas, resentimientos, delaciones y venganzas aplazadas y que el colectivo -hoy, el PP, un partido político, una parte de nuestra democracia- se resquebraje y con él se vaya desmoronando la propia democracia.

Una de las maniobras más burdas, pero más frecuentes, de la derecha es inventarse un enemigo enfrente para echarle a él la culpa de lo que le ocurre y así desviar la atención. Es lo que la prensa más bruta, más ultra y más sin escrúpulos está haciendo con Rubalcaba. Parece, según lo que se ve en esta prensa hoy, que el culpable de todo lo que le ocurre al PP y a España es Rubalcaba y que de lo que hay que hablar hoy no es de Bárcenas ni del PP, sino del PSOE y de Rubalcaba. Y algunos se lo creerán, lo cual es uno de los elementos trágicos del asunto.

Y, a la vez, está un tipo de izquierda, exquisita y pura, que parece que añora la crispación -tan criticada entonces- que generaba el PP cuando estaba en la oposición y que, en lugar de apoyar sus propuestas, aunque no le gusten del todo, e intentar que crezcan sus efectos, va contra ella, contra sí misma, y exige lo que no dice ni aclara, pero que, en todo caso, sea duro y ya. Parece que la única estrategia política posible es la del enfrentamiento inmediato y arrasador. De nuevo, esta izquierda le hará el juego a la derecha, se aliará de hecho con sus maniobras, se autodebilitará y ayudará, sabiéndolo o no, a incrementar la desafección y a que la derecha se mantenga. No sé si hará falta que alguien se líe la manta a la cabeza para que aprendamos.