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sábado, 30 de septiembre de 2023

Hay muchísima gente que no protesta

 

Imagen tomada de la Plataforma Ciudadana de Astorga por la Igualdad y contra la Violencia. 

En este país se está blanqueando y normalizando la violencia por la acción de seres que rebajan su humanidad de manera alarmante y que solo pretenden en la vida dos cosas: imponerle a los demás sus creencias y que les dejen ganar dinero de cualquier manera.

En este país se dejan morir ancianos en sus camas sin recibir asistencia médica y hay muchísima gente que no protesta.
En este país se asesinan mujeres por culpa del peor machismo y hay muchísima gente que no protesta.
En este país los empresarios suben a su antojo los precios, a costa de los más desfavorecidos, y hay muchísima gente que no protesta.
En este país hay unos alarmantes niveles de pobreza y hay muchísima gente que no protesta.
En este país hay adolescentes que violan y atacan a profesores y alumnos y hay muchísima gente que no protesta.
En este país se insulta en el Parlamento al presidente del Gobierno, con una ordinariez barriobajera, y hay muchísima gente que no protesta.
En este país un diputado lanza amenazas veladas al pueblo y hay muchísima gente que no protesta.
Este país se está degradando con una enorme rapidez porque hay muchísima gente que no tiene conciencia de lo que ocurre ni le importa, a menos que le toque de cerca, ha perdido los valores humanos, va sólo a lo suyo y le importa un comino lo que le pase a cualquiera que no sea él mismo.
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miércoles, 8 de septiembre de 2021

Odio




Hay que descubrir y aislar a quienes odian y a quienes difunden el odio. El odio es el sentimiento más destructivo que hay. Estar con alguien que odia es de lo más desagradable y peligroso que se puede experimentar. ¿Por qué? Porque ningún sentimiento se conforma con quedarse dentro del que siente. La alegría se manifiesta en la sonrisa; la tristeza, en el llanto; el orgullo, en la cerrazón en sí mismo. ¿Y el odio? ¿En qué se manifiesta el odio? Está muy claro: en la violencia y en la incitación a la violencia. Hoy hay gentes de poca formación y de escasa humanidad que odia a quienes quieren explotar y a los diferentes. Hay quienes odian a las mujeres y las maltratan y las asesinan. Hay quienes odian a quienes no son heterosexuales y los maltratan y los asesinan. Hay quienes odian a los extranjeros y los maltratan sin importarles que mueran. Hay quienes confunden a cualquier adversario con un enemigo y también lo odian. Mientras los ciudadanos no se den cuenta de que el odio no tiene cabida en un mundo de seres humanos, la violencia seguirá creciendo en la sociedad. Y habría que evitar que aparecieran quienes odien a los que odian y se propongan acabar violentamente con ellos.



viernes, 6 de diciembre de 2019

Buenas noches. Violencia




Amemos la paz. 
Hagamos real lo que amamos: hagamos real la paz. 
En nuestros pequeños mundos hagamos real la paz. 
La paz es la suma de todas las paces. 
La violencia es un resto de animalidad que tiene mal encaje en un ser humano. 
Nadie es feliz siendo violento. 
La paz es una de las caras de la felicidad. 
Buenas noches.

lunes, 22 de abril de 2019

Buenos días. Generaciones




La violencia genera violencia y el odio genera odio. 

Buenos días.

lunes, 21 de mayo de 2018

Buenos días. Desigualdades




Cuantas más desigualdades, más violencia. 

Buenos días.


jueves, 25 de mayo de 2017

Osadía 125. Violencia




Atrévete a preguntarte por qué no debemos ser violentos. 

Hay muchas formas de violencia, pero ninguna de ellas está justificada. 

Buenos días.

sábado, 2 de julio de 2016

Buenas noches. Escritores



Viajaba yo en el Cercanías leyendo un libro que me estaba decepcionando. Desde detrás de mí avanzó con andar pausado una mujer de unos cuarenta años, vestida con una falda larga, y se situó mirando hacia donde yo estaba, pero dos o tres asientos más adelante. Tenía unos extraños ojos, como hinchados, enrojecidos y un tanto cerrados. Se sentó, levanto los dos pies a la vez y, siguiendo la lamentable y sucia costumbre actual, los depositó en el asiento que tenía enfrente. Al verle yo la cara, me entraron enseguida unas ganas enormes de seguir leyendo el libro aquel, aunque no me interesara demasiado. No quería ni imaginar que la mujer aquella me dirigiera la palabra.

Al poco tiempo oí que contestaba a alguien -un hombre- que le hablaba desde el asiento que estaba a su altura, en el otro lado del pasillo. Hablaban en voz alta. Ella, en voz muy alta y como dando a entender que tenía toda la verdad de la vida y que estaba bastante enfadada con el mundo. El otro hablaba en un volumen algo más bajo, pero no paraba de hablar. Alguien se cambió de asiento y permitió que la mujer y el hombre pudieran sentarse juntos para no tener que gritar, según dijeron. Fue inútil, porque siguieron hablando a voces.

Pronto comenzaron a contarse sus vidas. Nos enteramos de que en casa de ella entraba, sin que nadie se lo impidiera, alguien, al que llamaba con frecuencia “el gilipollas”, cargando mucho el sonido de la g inicial, y también “mi ex”. Supongo que serían la misma persona. El tal, según decía, le tenía la casa hecha una pocilga, aunque aún quedaban restos de moqueta en algunos rincones, pero los muebles parecían los de un cementerio. Esto no lo entendí del todo bien. Contó que a los trece años fue violada delante de sus padres por cuatro hombres, de los que aportó sus nombres. Estos mismos cuatro, a continuación, encerraron a los padres en una habitación y los mataron, para, seguidamente, volverla a violar en presencia de los cadáveres. Luego se alistó en el ejército y llegó a ser una “puta boina verde”.

-Figúrate -decía.

Ahora venía de un concierto y de librarse de un tipo que, según contó, quería echarle una litrona por encima y mojarle toda la ropa. El otro era un jovencito que llevaba la cabeza rapada, salvo la parte superior central, en donde le aparecía una zona muy poblada de pelo con la forma de una tortilla de patatas. Le dijo a la mujer que seguía vivo gracias a que estaba en tratamiento psiquiátrico, porque se había llegado a enrollar hasta con cinco hombres, aunque él no era homosexual. El asunto era que le aparecían en su vida esas situaciones y el no decía que no. Lo que le ocurría era que no sabía decir que no. Parecía contento, porque hablaba con una cierta sonrisa. Era más difícil de entender lo que decía él, pero ella le contestaba siempre con contundencia y haciendo frecuentes referencias al “gilipollas”.

La mujer viajaba hasta el final de la línea, pero él se bajó unas estaciones antes. Cuando se iba, le dijo en voz alta por el pasillo que a ver si coincidían otro día y seguían contándose sus vidas, a lo que le respondió que a ver si era verdad. Ya desde la puerta, le gritó:

-Yo podría escribir un libro.

A lo que ella le respondió con el mismo vozarrón y la misma determinación que había usado antes:

-Nos ha jodío. La que tiene para escribir un libro soy yo.


Estas declaraciones finales me produjeron cierta preocupación, porque ando yo buscando historias para escribir algo, con escasísimo éxito, y de pronto me encuentro a dos personas, de las de teléfono en mano, pies en el asiento y grito fácil y enseguida manifiestan su capacidad para afrontar tan dura tarea. Desde luego, ¡hay que ver lo mal que está repartido el mundo! Debo de tener una vida tan sumamente sosa que no me da ni para un libro.

Buenas noches.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Buenos días. Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.



Hoy, 25 de noviembre, es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Esta fecha se eligió para recordar a las hermanas Mirabal, de la República Dominicana, que fueron brutalmente asesinadas en 1960 durante la dictadura de Trujillo.

Desde mi convicción de la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de que la violencia es un método que debe ser eliminado de la práctica humana, dejo aquí 5 puntos para que quien quiera reflexione, busque información y procure aportar ideas y hechos a la creación de un mundo más humano.

  1. Cada mujer es un ser humano y, como tal, tiene todos los derechos recogidos en el texto más importante que hay para cualquier persona: la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
  2. Ningún varón, por el hecho de ser varón, puede considerarse superior a ninguna mujer ni creer que tiene más derechos que ella.
  3. La violencia no es un comportamiento humano.
  4. Usar la violencia contra las mujeres es una práctica especialmente inhumana que debe ser detectada y denunciada con prontitud.
  5. Todos debemos intentar crear un mundo en el que todas las personas sean iguales en derechos y en donde no haya ningún tipo de violencia. En este sentido, el Estado tiene también mucho que hacer.

Buenos días.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Buenas noches. No son soluciones.




La violencia engendra violencia. 

La venganza genera venganza. 

Ninguna de las dos son soluciones de ningún problema. 

Buenas noches.

viernes, 9 de enero de 2015

Las religiones no son necesarias




Tengo amigos y amigas en el mundo de las religiones. Son personas valiosísimas, que luchan por los seres humanos, por los hombres y por las mujeres, con un ímpetu grande y admirable, dejándose la vida en ello. Pero las religiones, desde mi punto de vista, llevan en su misma esencia el gen de la exclusividad, de lo absoluto, de lo irracional, de lo imponible a todos. Y eso no se puede admitir en una sociedad civil democrática. Hoy ha sido lo de París, ayer y anteayer fueron otros episodios parecidos, de la mano de gentes ignorantes, tercas, fuera de la racionalidad. En nuestro mundo, aparentemente civilizado y culto, se dan episodios que no son tan llamativos, pero que, a través de la educación y de las costumbres, van haciendo un daño atroz a los seres humanos. Respeto la postura de todos. Respeto la postura de quienes se sienten necesitados del auxilio de un ser superior que les ayude a vivir. Pero lo frecuente es que de ahí a intentar imponer las creencias propias a todos, a través de la educación, de la propaganda o, descaradamente, del poder, va un trecho muy pequeño. Quiero una sociedad laica. Para crear un mundo mejor basta la ética racional. Si alguien quiere religiones, que las profese en su intimidad y que se olvide de los demás. Ya está bien de hacer daño en nombre de los dioses. Las religiones no son necesarias. 


domingo, 7 de diciembre de 2014

Buenas noches. Hijos




Cuando nazca tu hijo o tu hija, cómetelo a besos el primer día y todos los siguientes, pero, a partir del segundo día, dile lo que debe hacer y explícaselo con razones, intenta convencerlo con argumentos. Dialoga con él. Procura que no conozca la violencia. Háblale de los valores importantes. Sonríele. El primer día, déjalo descansar, pero el segundo día ya debe empezar a oír lo que debe hacer y por qué. No te preocupes si no lo entiende. Ya lo irá entendiendo. Lo importante es que tú te acostumbres a tratarlo así y que él se vaya acostumbrando también a un mundo razonable y humano. 

Buenas noches.

domingo, 30 de noviembre de 2014

Buenas noches. Violentos




Estamos tolerando lo intolerable. A veces, incluso hay quienes les ayudan y les facilitan la vida. No me gusta llamarle radicales porque así se oculta lo que verdaderamente son: violentos. Defienden una manera de estar en la vida en la que no cabemos todos, sino sólo ellos. Frecuentan el insulto, la descalificación de los demás, la violencia, si lo creen necesario. Tienen unos afectos desmedidos por un equipo de fútbol y un odio sin control contra otros equipos. Psicológicamente son primarios, fanáticos, probablemente enfermos. No tienen ninguna ética mínimamente presentable, puesto que los otros son sus enemigos. Tienen mentalidad de potenciales delincuentes y, cuando se dan las circunstancias adecuadas, dan rienda suelta a su potencialidad. No han recibido -o no la han entendido- una educación para la convivencia o para la coexistencia en la sociedad. No entienden lo que significa vivir en sociedad ni que en la sociedad debemos poder vivir todos. Posiblemente tengan un problema afectivo de consideración que les ha llevado a esa pésima condición humana que exhiben. Valores humanos como la igualdad, el respeto, la tolerancia, la nobleza o la paz les son ajenos y lejanos. Son un peligro para la sociedad. Ni los dirigentes de los equipos de fútbol ni los gobernantes parecen estar al tanto de ese peligro o les da igual que exista o no saben qué hacer con ellos o no les interesa hacer nada. La estúpida y brutal lucha callejera de hoy en Madrid ha sido un mal trago y un mal ejemplo para muchas personas. La Delegada del Gobierno en Madrid ha admitido que no tenían información, cosa que, al parecer, sí tenían en A Coruña. No ha dimitido. Seguramente que si hubiese sido una manifestación de protesta contra este Gobierno cruel y en favor de la igualdad o de los pobres, sí se hubiese informado convenientemente. Los dirigentes de los equipos de fútbol se lavan las manos como si no fuera con ellos. Los responsables de la educación no se apresuran a incluir estos asuntos en los planes de estudio. En los medios de comunicación no sale nadie aleccionando a los ciudadanos para que estas barbaridades no sucedan. Nadie se preocupa de estas peñas -bandas de delincuentes violentos- que pululan alrededor de los equipos de fútbol. Aún creen que el fútbol es un mero deporte. Entre los violentos, los golfos, los ricos, los que se creen que son ricos y los incompetentes, da pena ver este país. 

Buenas noches.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Buenos días. Violencia




La violencia, cualquier tipo de violencia, rompe el amor. Tarde o temprano se caerá a trozos. 

Buenos días.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Buenas noches. Fracasos



Una guerra es un fracaso humano. Y la violencia. Y el odio. Y la venganza. Y la indiferencia. Y el hambre. Y la ignorancia. Y la injusticia. Y el machismo y todas las discriminaciones. Y todo lo que degrada a los demás y nos degrada a nosotros como seres humanos son fracasos humanos.


Buenas noches.

domingo, 17 de febrero de 2013

domingo, 3 de febrero de 2013

lunes, 26 de noviembre de 2012

No todas las violencias son iguales




Cuando un científico quiere saber lo que ocurre con un fenómeno, lo primero que hace es identificarlo bien, diferenciándolo de todo aquello con lo que pudiera confundirse. Después, intenta analizarlo, es decir, separar los elementos que lo integran, para ver así la influencia que, cada uno de ellos y las relaciones que establecen entre sí, tienen en el fenómeno. Luego, una vez vista la estructura que tiene aquello que se estudia, se trata de averiguar sus causas, las razones que explican por qué aparece ese fenómeno. Por fin, el conocimiento se centra en ver las consecuencias que tal fenómeno pueda tener en el contexto en el que se da. Seguir fielmente este proceso es intentar conocer bien la realidad.

Insisto en la importancia que en el conocimiento tiene el análisis de la realidad, la identificación clara de aquello que se estudia y de los elementos de todo tipo que lo constituyen. Lo contrario, esto es, no profundizar en lo que verdaderamente es algo y, aún peor, meterlo en un mismo saco con fenómenos aparentemente similares, pero que en el fondo no tienen nada que ver con él, es la mejor manera de no enterarse de nada y de cometer errores de consecuencias imprevisibles.

Digo esto porque he leído últimamente comentarios bastante cargados de emotividad, pero ausentes de razonamiento, que defienden que no se hable de violencia de género y sí, en cambio, que se generalice la situación considerando un cajón de sastre en el que entren todas las violencias.

Esto es justamente lo que quieren los machistas: que los ciudadanos no se enteren de cómo funciona la violencia de género -el machismo, si se quiere- para que así, sin saber nada, sin enterarse de en dónde están metidas, las víctimas sigan siendo víctimas y los maltratadores sigan siendo maltratadores. Supongo que a nadie le gustaría que los médicos tratasen igual todas las toses, todos los dolores o todas las enfermedades de los ojos, por ejemplo. Sin embargo, parece que hay quien no tiene inconveniente, no sólo en hablar de “la” violencia, sino en impedir que se analice cada uno de sus tipos.

Me parece que esta actitud generalizadora, simplificadora, es de un peligro extremo, porque supone una predisposición a no enterarse realmente de nada de lo que ocurre. Creer que la violencia de género -que es únicamente la que ejercen los hombres sobre las mujeres, en virtud de su interés en creer que son superiores a ellas- es lo mismo que la violencia que esporádicamente pueda ejercer una mujer contra un hombre es no enterarse de nada de lo que pasa, no entender lo que mueve a los machistas a practicar la violencia de género y exponerse a ser víctima del machismo que impregna lamentablemente tantas mentes y tantas estructuras sociales.

Deberíamos cuidar bastante la manera que tenemos de acercarnos a conocer la realidad. Estamos sometidos a un gobierno muy ideologizado, muy poco culto y con muy poco conocimiento de lo que pueda ser un humanismo, que lo que pretende es que los ciudadanos no sepan nada de nada, para así poder manejarlos mejor y que traguen sus mentiras, sus engaños y sus atentados. Lo quiere porque lo que busca es cambiar el tipo de sociedad en la que vivimos, reformar sus estructuras y hacerlas más favorables para sus intereses económicos, que es lo que en el fondo le preocupa. Y para evitar las críticas, para adormecer las conciencias y para neutralizar cualquier posible protesta, pretende que no pensemos, que no nos enteremos de lo que ocurre y que sigamos adelante como obedientes súbditos que no ofrecen resistencia a sus manejos.

Y estos gobernantes que nos han tocado en desgracia son, entre otras cosas, machistas, como han demostrado en tantas ocasiones. También son intoletantes, homófobos, intransigentes, retrógrados y muchas cosas más. Y por eso quitan todos estos temas de las asignaturas con las que los jóvenes podrían tomar conciencia de la situación en la que están y de las libertades que les quitan.

Hacerles el juego renunciando a conocer de verdad lo que pasa me parece realmente suicida.  

viernes, 19 de agosto de 2011

Llamada al PSOE y a los ciudadanos


Conozco a policías que se comportan, cuando están de servicio y cuando no lo están, como seres humanos educados, corteses y eficaces, aunque también había detectado hacía tiempo algunos bastante ordinarios y groseros en sus modales. Siempre pensé que estos serían casos aislados, ovejas negras que enturbiaban lo que en líneas generales era de una tranquilizante normalidad democrática y humana.

Últimamente mis dudas están llegando a extremos bastante alarmantes, sobre todo cuando observo comportamientos cuyos detalles desconozco, pero que como ciudadano me preocupan mucho. Este vídeo que acabo de ver no parece propio de una sociedad democrática y avanzada, sino más bien de un pueblo brutal y atrasado del oeste americano. Tengo la impresión de que un virus ha entrado en la policía y que está haciendo estragos entre sus miembros. Después de una época en la que parecía que la transición había pasado por las comisarías y los cuarteles, ahora cada vez más me viene a la mente el color gris cuando veo a un policía. Es como si la imagen de la policía hubiera caído en picado en estos últimos días y que su restauración se vislumbrara muy difícil, como no cambien pronto y mucho las cosas.

Me gustaría equivocarme, pero me parece que esto que está sucediendo con la policía no es sino una muestra más del peligrosísimo viaje hacia atrás que está experimentando la sociedad española. Lo voy a decir con toda claridad. Los comportamientos antidemocráticos, partidistas, cínicos, ordinarios y defensores del “todo vale” del Partido Popular, junto con la desidia, la incapacidad para crear conciencia social, la escasa creatividad y la pasividad con las fuerzas reaccionarias mostradas por el PSOE han dado lugar a una sociedad en la que empieza a ser preocupante la pérdida y la degradación de los valores democráticos. El animalizante “todo vale” ha desbancado hace tiempo a la idea de igualdad, en la que todos y todas deberíamos tener los mismos derechos. La zafiedad ha sustituido al respeto. El egoísmo basto ha mandado a tomar vientos a la cortesía. El dinero fácil ha empequeñecido el trabajo bien hecho. La violencia se ha hecho más normal que las actitudes racionales. Los privilegios han oscurecido los derechos. La mentira interesada ha vencido a la honradez. El siglo XIII es más actual que el XXI. La mala educación ha triunfado sobre la ciudadanía.

Creo que empieza a ser peligroso intentar vivir democráticamente en la sociedad española. Esto es una humilde llamada de atención al PSOE y a los ciudadanos. Si el PP toma más poder en nuestra sociedad, las cosas irán aún a peor democrática, económica, política ética y socialmente. En manos del PSOE está dejarse de candideces y de contemporizaciones y empezar a organizar valientemente el país de forma que los ciudadanos empiecen a despertar y a cobrar ilusión por crear una sociedad racional, respetuosa, vivible y más humana. Esto que vemos con tanta frecuencia últimamente no merece la pena.




martes, 21 de junio de 2011

Violencia



Al principio fue la violencia. Había muy poca humanidad todavía en los hombres primitivos y la violencia era la única forma heredada de resolver los problemas, los grandes y los pequeños. Poco a poco, siglo a siglo, la humanidad se fue desarrollando y apareció la razón y el pensamiento y, con ellos, el diálogo, la posibilidad de llegar a acuerdos, la necesidad de ceder por todas las partes, la empatía, la generosidad, la libertad, la igualdad, la justicia y la democracia.

Pero, quizás para recordarnos nuestros orígenes o porque todos no evolucionaron en la misma dirección, la violencia se mantuvo y adquirió hasta nuestros días nuevas formas más sutiles, más alejadas de la paliza física. Así alumbraron su camino la mentira, el grito amenazante, el mantenimiento del otro en la ignorancia, el miedo como arma paralizante, el negocio descarado, el individualismo que fuerza y degrada nuestra naturaleza social, la descalificación excluyente, el mantenimiento de grandes masas en la pobreza, en la ausencia de futuro, el cinismo en las excusas, la desvergüenza sin límites, la traición descarada, el desbaratamiento de la educación, de la sanidad y de la cultura y tantas otras formas tan usuales y abundantes que muchos las vieron como normales.

Estos mecanismos de la violencia y otros similares lo que hacen, en definitiva, es procurar que unos no tengan condiciones idóneas para llegar a ser seres humanos, y que otros, que tienen mejores condiciones materiales, dejen de ser humanos porque caen en una violencia que les acercan a la primitiva. La violencia deshumaniza por todas partes.