No quiero una resurrección. Volverme a
encontrar otra vez con todos los buenos, más los que se cuelen,
sería terrible. Tampoco quiero una reencarnación. Una nueva vida
con la indigencia mental galopante que nos invade sería insufrible.
Por aquí es mejor pasar una vez, vivir a tope y sacarle al tiempo la
mayor vida posible. Y ya vale con eso.
Buenas noches.