Obra de Guillermo Pérez Villalta
PENE. Ya en latín se decía
penis. Parece ser que en un nivel muy antiguo,
en latín arcaico, penis significaba rabo, cola en
general, sin especificar. Es decir un caballo o un perro tenían dos
penes, el de delante y el de atrás. En latín clásico penis
ya se refería al de delante, y se empezó a usar cauda,
cola, para el de atrás.
No es que me haya dado por ponerme
soez, no es esa mi intención, de verdad. El tema del sexo está muy
sometido a los tabúes lingüísticos, como la religión, la muerte u
otros temas. La rodilla se llama rodilla y ya está, y el codo, codo.
Pero el pene no, el pene tiene montones de nombres, unos soeces,
otros humorísticos, otros solo para los niños, otros cuando hay
confianza, otros médicos,
etc. Y además varían con las épocas,
y dependen de países, y a veces hasta de regiones. Yo soy de un
pueblecito del centro de Castilla y cuando era niño, nadie decía
polla, solo se decía picha, polla lo he conocido ya
muy mayor, y parece que es un término restringido a España, que en
Hispanoamérica no se usa con este significado.
Pene es el nombre genérico, el más
neutro, pero no está exento de cierta represión. Etimológicamente
hay una hipótesis que plantea que puede derivar de pesnis,
y que esa s fácilmente pudo aspirarse en pehnis
y después desaparecer. Van apuntando a un posible origen de esa raíz
pes-, como onomatopeya del sonido de la micción, del
acto de mear, vaya. Ese psss que es origen de pijo,
picha, del francés pisser,
orinar, catalán pixar, italiano pisciare,
inglés to piss... Curiosamente el castellano no ha
creado un verbo, lo que decimos es hacer pis, o más finamente pipí.
En una entrega de estas etimologías, hace meses, ya aludí (al
hablar de pollo, repollo, pollino y hasta pupila, 20-6-14) al término
polla, basado en la comparación del pene con un ave. Pajarito
es un término
usado también en Hispanoamérica, y en
inglés existe el término malsonante cock, gallo. Ya
Catulo (s. I a. C.) escribió un famoso poema sobre el
pajarito, delicia de su amada Lesbia, y contando que estaba
muerto, que desde la Antigüedad se ha leído con media sonrisa,
sospechando su doble sentido, porque Catulo es el más procaz y
obsceno poeta que pueda haber, siempre hablando de la
mentula, término
coloquial en latín, para lo mismo.
De otra raíz es carajo, que
también significa pene, catalán carall, portugués
caralho, gallego carallo, también muy
extendido su uso en Perú, en Colombia... En Brasil caralho
es muy obsceno. Dice Corominas que nunca se sabrá su origen. Lo que
es curioso es el gran número de eufemismos que produjo: caray,
caramba, cáspita..., y que actualmente carajo en España ya no suene
obsceno.
Vamos a obviar, por hoy, otras
denominaciones, como falo o miembro viril.
PINCEL. Viene del latín
penicillus, pequeño pene, penecillo. La palabra entra
en el castellano desde el catalán. Es el mismo origen que el del
inglés pencil.
PENICILINA. Según cuentan,
Fleming estaba estudiando en un laboratorio la bacteria llamada
estafilococo y una placas que había dejado al irse a unas vacaciones
de tres semanas, las encontró a su vuelta invadidas por un hongo,
que descubrió que inhibía la vida de la bacteria. Resulta que el
hongo al microscopio tiene forma de pene y se llama penicillium
notatum. Así que el antibiótico
descubierto, que cambió el curso de la
historia de la Medicina, fue llamado penicilina. Lo que demuestra la
gran importancia del pene en nuestras vidas.