En general, la gente no cree en la
tecnología telefónica, especialmente en la de los teléfonos
móviles (celulares, para los de allende el Atlántico). Su carencia
de fe se advierte enseguida en el volumen de voz que usan para
hablar, como si fuera su potencia vocal la que transportara el sonido
y no la red telefónica. Es posible que de otras creencias anden
sobrados, pero en la telefonía parece que no creen mucho.
Buenas
tardes.
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