En la presencia virtual se suple con palabras
lo que en la presencia física se puede manifestar con miradas,
caricias, sonrisas o con cualquier gesto expresivo. Cuando elegimos
bien a las personas, no suele haber muchas diferencias entre ambos
tipos de presencia, aunque a veces nos podamos llevar chascos
dolorosos. Hasta ahora yo he tenido suerte. Cada vez que he conocido
físicamente a una persona amiga virtual, mi impresión de ella ha
salido reforzada y crecida. Que siga la cosa.
Buenas noches.
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