lunes, 6 de mayo de 2013

Buenos días. Hay que aprender de los pájaros




Los pájaros me avisan cada mañana de que hay que vivir la vida de cada día, con inocencia, como si fuera el primer día de la vida, y con urgencia, como si fuera el último. Pero a veces no oigo a los pájaros, lo cual es una estupidez imperdonable por mí mismo. En ese caso, debo verlos. Vuelan libres, según les pide la vida. Se paran, hacen lo que necesitan y siguen su vida. No me imagino un pájaro aburrido, ni triste, ni haciendo cosas que no sean propias de un pájaro. Voy a intentar aprender de los pájaros. No digo copiar, digo aprender. Buenos días.

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