viernes, 10 de mayo de 2013

Buenas noches. Una vida más agradable




Ayer, Eunice, una camarera de un bar de Madrid, probablemente una de las personas con más tiempo de sonrisa en la cara por minuto, me sirvió unos vinos, pero de manera que me hizo la vida más agradable.

Hoy, Mohamed, el frutero, me despachó la fruta y procuraba con sus gestos hacerme la vida más agradable.

El otro día una médica me atendió intentando hacerme la vida más agradable.

Creo que no es tan difícil hacerle a los otros la vida más agradable. Se trata de no mirarse a sí mismos, sino de dirigir la mirada y la intención a las personas con quienes nos relacionamos. Un poco de delicadeza, una sonrisa, un gesto cariñoso son, la mayor parte de las veces, suficientes. Quizá sólo haya que proponérselo. Nos llevaremos, además, la agradable sorpresa de que, sin quererlo, la vida también se nos hace a nosotros más agradable. Te invito a que lo intentemos mañana.

Mientras tanto, hoy, cuando llegue la hora de adentrarse en el plácido mundo del sueño, siéntete a gusto contigo. Olvida los malos ratos, las malas gentes, todo lo desagradable que la libertad humana haya dado de sí hoy. Quédate con lo que te llevarías de viaje en la memoria. A lo mejor es sólo una pequeña cosa, pero seguramente que es suficiente. Y, antes de darte la vuelta, quiérenos. Buenas noches.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes expresar aquí tu opinión.