miércoles, 15 de mayo de 2013

Buenas noches. La vida verdadera




Una de las peores cosas que puede hacer uno en la vida es autoengañarse. Se logra fácilmente acostumbrándose a mirar para otro lado. Uno puede querer e, incluso, creer que la vida es un paraíso lleno de risas, de alegrías y de calma; y del resto, ni caso. Esa vida es mentira. Esa es una vida vacía, ficticia, en donde no es posible una de las características más importantes de la vida: la intensidad. Vivir es vivir con todo, con lo agradable y con lo desagradable, con lo sano y con lo decrépito, con lo bello y con lo feo, con la risa y con el sufrimiento. Esta es la vida de verdad. Una vida que expulse algo de su interior es una vida de mentira. Es posible que esta otra vida sea aparentemente más agradable, pero será fofamente agradable. Tarde o temprano se perderán las ganas y el entusiasmo por vivir una vida así.

Esta es una de las razones que invalidan un estilo de vida individualista, como el que nos quieren imponer estos degenerados neoliberales. Una vida intensa, verdadera, es muy difícil de vivir en soledad, aislado, como si uno fuera el único ser valioso del universo. Las alegrías están para alegrase con quien está alegre. El sufrimiento está para ayudar a quien sufre. Lo agradable está para compartirlo con todos. Lo desagradable hay que intentar eliminarlo, pero también entre todos.

No nos podemos autoengañar. La vida es lo suficientemente compleja como para que la simplifiquemos diciendo que sólo vale lo agradable. La vida es todo lo que hay. El ser humano no es alguien que sólo esté dispuesto a participar en lo que le gusta porque sólo se sienta capaz de hacer eso. Estas debilidades terminan siempre aceptando otros mundos supuestamente perfectos, pero ilusorios. El ser humano tiene que estar para todo y para todos.

La vida de verdad es una experiencia muy intensa, en donde puede pasar de todo y en la que cada día es lo suficientemente importante como para que no perdamos ni un minuto en bobadas. Es urgente vivir a tope cada día.

Y ahora, abrázate a lo agradable del día y duérmete sin soltarlo. Vivir no es lo mismo que dormir. No te olvides de los que te necesitan y mándales cariño. Buenas noches.

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