Fotografía tomada en el Museo Cerralbo, en Madrid.
La vida es un regalo de contenido
ambiguo. La observas y ves que es una mezcla de luz y de oscuridad,
de manjares agradables y de pesadillas insoportables, de esperanza y
de desolación. Suele venir envuelto, además, el regalo en papeles
de múltiples colores, desde el blanco purísimo hasta las mezclas
más desagradables de ver que te puedas imaginar. Es un regalo muchas
veces extraño, incomprensible, pero es un regalo. Yo estoy
convencido de que hay que acostumbrarse a verle las partes favorables
al regalo y a intentar neutralizar las desagradables. Sólo me falta
que ese convencimiento se convierta en práctica habitual. Disfruta
mucho de este día. Hoy sólo tienes este día para vivir. Buenos
días.
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