Ni un paso atrás. En medio de los
éxitos y de los fracasos, de los errores y de los aciertos, del sol
y de la lluvia, del amor y del desamor, de la suerte o de la
desgracia, hay que subir cada día un escalón. Siempre hacia arriba.
No sabemos hacia dónde nos llevará la escalera de la vida, pero
siempre hay que subir. No hay que pararse nunca ni mucho menos bajar.
Cada día un escalón. Hacia las alturas. Buenos días.
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