“No soy perfecto, pero tampoco soy,
ni mucho menos, un desecho humano. Mucho de mí es aprovechable.
Sirvo para muchas cosas, aunque no me las reconozcan de vez en
cuando. Tengo buena voluntad. Tengo ganas de vivir. Creo que mis
ideales son buenos. Quiero un mundo mejor que el que hay y hago lo
posible por conseguirlo. Es mejor vivir con alegría que estar
amargado por inconvenientes, la mayor parte de las veces, pasajeros.
Tengo ganas de sonreír, de saltar, de bailar, de querer a la gente y
de que alguien me quiera a mí. Voy a vivir.”
Algo así te deberías decir, creo
yo, antes de irte hoy al mundo a gozar de este magnífico día de
primavera. Buenos días.
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