ESCAROLA
La
palabra viene del catalán, y este del provenzal. El origen es la
expresión lactuca
escaria,
lechuga comestible. Esca
es en latín alimento, de donde viene yesca,
hoy alimento del fuego, y esca
es de la raíz de edere,
comer; de esta raíz es también cum-edere
> comer.
En catalán es escarola,
pero en portugués endívia,
francés endive,
italiano indivia,
rumano andiva.
Euskera eskarola.
¿Y qué pasa con la ENDIVIA?
Pues que parece que es una variedad de achicoria, y, muy
sorprendente, que intubus
proviene del púnico, la lengua de los cartagineses.
AJO
Del
latín alium.
Parece que la palabra es un préstamo del celta al latín. Ya se
cultivaba en el Mediterráneo oriental hace 7.000 años. Tenemos
alioli,
del catalán all i
oli, ajo y aceite,
y ajoarriero.
La expresión estar en
el ajo la compartimos
a ambos lados del Atlántico.
ZANAHORIA
Se
extendió su cultivo en Europa en la Edad Media desde territorios
árabes, tanto variedades rojas como amarillas. La variedad naranja,
hoy casi única, es el resultado de la selección hecha por los
holandeses en el siglo XVII en homenaje a la casa de Orange. En latín
era carota,
pero en castellano se impuso el árabe safunâriya,
que proviene del griego σταφυλίνη
ἀγρία
(stafyline agría); según otros del euskera azala-horia,
piel amarilla, la típica etimología popular. En portugués cenoura,
catalán pastanaga,
en euskera azenarioa,
préstamo del árabe a través del castellano.
PEREJIL
Como
tantos otros cultivos, es originario del Mediterráneo oriental,
utilizado masivamente por griegos y romanos. La palabra entró en el
castellano desde el occitano peressil,
deformación del latín petroselinum,
en griego πετροσέlινον
(petrosélinon), perejil de piedra, de roca, silvestre. O sea, que
perejil
es de la raíz de piedra. En portugués se llama salsa,
relacionado con sal; en catalán julivert,
de jolium o lilium viride, verde, en euskera perexila.
La isla de Perejil,
desconocida antes de la ocupación y heroica reconquista, ahora se
carga de mitos, puede ser la isla de Calipso (realmente hay una
cueva), o la primera tierra llamada Ispaan por los fenicios, la
primera España. Por eso fue defendida tan heroicamente. Bueno, el
nombre puede provenir de un tal Pero Gil, siendo Pero una forma
arcaica de Pedro, de la que viene el apellido Pérez.
ACELGAS
Hay
mucha discusión en torno al origen del nombre de esta verdura. Los
romanos usaban nombres distintos para distintas variedades. Una era
llamada en latín siculum,
siciliana, que los griegos llamaban σικελός
(sikelós), de Σικελία
(Sikelía), nombre en griego de Sicilia. Los árabes, con el artículo
al, la llamaron al-silqah,
de donde vienen el castellano y portugués acelga.
Otros creen que no significa siciliana, sino que viene de una raíz
semítica que significa cocer, hervir. Otra variedad era en latín
beta,
de donde vienen el francés bette,
catalán bleda,
italiano bietola.
En euskera es zerbak.
ESPINACAS
Es
curioso, no tiene nada que ver con espina. Es un arabismo, de
isfinaj,
tomado del persa aspanakh.
En portugués espinafre,
catalán espinacs,
euskera espinakak.
ESPÁRRAGOS
El
latín asparagus
proviene del griego ασπάραγος
(aspáragos), a su vez del persa y significa brote, tallito. Apicio,
escritor romano del que conservamos un libro de cocina, De re
culinaria, ya escribe recetas usando los espárragos. En francés
asperge,
italiano asparago,
portugués esparrago,
catalán espárrec.
En euskera zainzuria,
bonito vocablo autóctono.
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