Desde la primera palabra que
pronunciamos, tanto en público como en privado, debe notarse un
profundo respeto hacia quienes nos están escuchando.
Se trata de
hablar de la manera más clara y concisa posible, sin infravalorar al
oyente, sin deslizar engaños, mentiras o inexactitudes, procurando
aportar algo interesante, sin cansar inútilmente al interlocutor, sin
disfrazar las dudas de certezas, sin confundir a quien escucha de
buena fe, procurando que el acto de escuchar sea una experiencia
agradable.
No se puede hablar de cualquier manera, porque no se puede
vivir de cualquier manera ni somos unos cualesquiera.
Buenas noches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puedes expresar aquí tu opinión.