lunes, 5 de julio de 2021

Papeles para aprender. Yo soy quien digo que soy, por Juana Gallego



 No sé si te habrás formado ya una idea propia y lo más argumentada posible sobre la Ley de Autodeterminación de sexo, que se está tramitando actualmente en el Congreso de Diputados.

Es muy interesante la opinión de la profesora de la UAB Juana Gallego. La puedes leer aquí.

Ernesto Halffter. El Calendario Musical de Bautista. 5/ 7/ 2021


Tal día como hoy de 1989 murió Ernesto Halffter


Tienes más información aquí.







Los lunes, músicas nuevas. Franco Battiato

 



Se fue FRANCO BATTIATO, a los 76 años. El siciliano fue un gran creador de canciones, sobre todo por sus textos. Oigamos “Bandiera bianca”. Quizás no es musicalmente una de sus mejores canciones, pero es un gran manifiesto pacifista y humanista. Comienza con Dylan y acaba con los Doors, para hacer una perfecta fotografía de nuestra época de mínima moralidad. “Sul ponte sventola bandiera bianca…”

domingo, 4 de julio de 2021

Papeles para aprender. Un modelo mundial para combatir la violencia contra las mujeres, por António Guterres

 


Uniéndonos en París para respaldar un trabajo de eficacia probada, podemos empezar a asegurarnos de que la próxima generación de niñas no tenga que vivir con miedo porque no hicimos nada.


Artículo del secretario general de Naciones Unidas desde el Foro Generación Igualdad. Puedes leerlo aquí.



William Byrd. El Calendario Musical de Bautista. 4/ 7/ 2021


Tal día como hoy de 1623 murió William Byrd


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sábado, 3 de julio de 2021

Lo público




Ciudadano: Lo público es de todos, también tuyo. Le pagas a unos políticos para que lo gestionen bien, lo mejoren, lo cuiden y lo desarrollen. Si en lugar de hacer eso, lo destrozan y lo privatizan para que alguien haga negocio, están usando el poder para quitarte lo que es tuyo. Claro que si les has votado sabiendo lo que iban a hacer, te lo mereces, pero los demás, no. Deberías pensarlo cuando tengas que pagar cada vez más facturas por lo que debería financiarse con los impuestos de todos y gestionarse bien por quien le corresponda.

Papeles para aprender. Jordi Soler: La ‘infantocracia’ del siglo XXI

 

Ilustración que aparece en el artículo.

Hoy a los adultos no les gusta que los confronten con ideas que no se parecen a las suyas, ni con canciones o películas o novelas que no formen parte de la burbuja que se han construido.


Artículo aparecido en El País, que puedes leer aquí.

Ruth Crawford Seeger. El Calendario Musical de Bautista. 3/ 7/ 2021


Tal día como hoy de 1901 nació Ruth Crawford Seeger. 


Tienes más información aquí.




viernes, 2 de julio de 2021

Pérdidas




 La primera acepción que da el diccionario de la RAE del término “vergüenza” es la de “Turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de una falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante”. Para tener vergüenza hay que tener conciencia de que hay un deber moral, respecto del cual se puede cometer una falta. Hay que tener también una idea clara de la honra, esto es, del respeto de la propia dignidad. Y también hay que proponerse no humillar a nadie, o sea, no herir su dignidad. Todos estos valores son propios de un sentido evolucionado de la humanidad, muy alejado de la brutalidad de la selva.

Cuando la máxima que rige una vida es esa tan dañina de “Todo vale”, lo primero que cae es la conciencia de que hay un deber moral, de que se pueden cometer faltas y de que el respeto, la honra y la dignidad son importantes. Ya nada de eso vale. Con ello cae la vergüenza. Es lo primero que pierden los políticos que no se dedican a promover el bien común, sino a crispar los ánimos, a sacar tajada económica de su situación y a querer el poder a toda costa y de cualquier manera.

Si esta es la primera pérdida, la última no es menos dañina ni menos preocupante: es la del sentido del ridículo. La fe en el “Todo vale” sitúa a quien la profesa por encima de cualquier respeto, de cualquier consideración del otro como un igual. Incluso lo sitúa lejos de esa otra máxima hipócrita, pero controladora de los brutos, que es el “qué dirán”. Sin sentido del ridículo, todo está permitido, todo es posible: ir contra la ciencia, contra los hechos, contra la historia, contra lo bueno, incluso contra uno mismo. 

Cuando un político ha perdido el sentido del ridículo, ya no tiene nada más que perder.