Escribo en un papel manchado de ceniza y polvo de escombros.
El aire en Gaza huele a carne quemada, a explosiones, a gritos.
Los soldados israelíes disparan, bombardean, atacan a la población civil de Gaza. Tiran a dar. A matar. A matar a las personas de Gaza. A matar a los periodistas de Gaza. A matar a los médicos y sanitarios de Gaza. A matar a los cooperantes de las diversas ONG que tratan de ayudar en Gaza...
Puedes leer el artículo de Armando Silles McLaney pulsando aquí.

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