No miramos todo lo que hay. No vemos
todo lo que miramos. Hay que buscar. Siempre hay que seguir
aprendiendo a mirar. Porque debajo de lo que aparenta normalidad
suele habitar la tragedia, la frustración, la carencia, el problema
que requiere la presencia de algún ser humano, por ejemplo de ti.
Mirar y no ver es muy cómodo, pero te deja el alma vacía. Estamos
muy acostumbrados a huir de la vida para no encontrarnos con la
tragedia. Pero huir de la vida es acercarte a la muerte, aunque sigas
moviéndote y hablando y respirando. Por lo menos, deberíamos tener
abiertos los sentidos y la mente. Y si aparece el problema,
aceptémoslo, luchemos. No estamos solos. No creo que nadie aquí se
sienta solo. El cariño nos debe enseñar eso que esta sociedad
odiosa se empeña en hacernos olvidar: que somos seres sociales, que
la vida es de todos, que no podemos vivir solos y que el mundo lo
tenemos que hacer entre todos.
Respira hoy bien hondo, desde abajo,
con suavidad, con calma. Respira con cariño, con delicadeza, como si
estuvieras haciendo respirar a alguien a quien quieres. Hoy tu cariño
caerá sobre quienes quieras como una lluvia de pétalos de azahar.
El olor podrá contigo y con todos, ya lo verás. Buenas noches.
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