Tú naciste para crear el mundo. ¿Qué
más da que te hayan dicho que un dios creó el mundo de la nada? De
la nada no sale nada. Todos hemos sido llamados a ser creadores. Tu
mundo, todo lo que te rodea y con lo que te relacionas, es fruto de
la creación de todos, pero de ti también. Si crees que has venido
aquí a pasear y a ver lo que crean los otros, te vas a aburrir y te
vas a morir pronto, aunque sigas moviéndote toda la vida. La vida
tiene sentido si la creas. Amarás la vida si ves que es también
obra tuya. Amarás el mundo cuando comprendas que es también tu
mundo. Yo soy obra mía, pero también tuya. Tú eres obra tuya, pero
también mía. Un mundo humano es un mundo de creadores que aciertan,
que se equivocan, que caen, que se levantan, que sufren y que gozan, pero que crean.
Y que se cansan de vivir y que descansan. Esta noche, cuando se vaya
acercando la paz del sueño, cuando la llamada de los otros te llegue
a la memoria, cuando saques a pasear por la cama lo mejor de ti,
cuando vayas generando esa nube de cariño que tanto necesitamos,
piensa también en mañana. Mañana vivirás un día que tienes que
crear tú. Y yo. Buenas noches.
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