miércoles, 17 de abril de 2013

Buenas noches. Sobrevivir




En esta lamentable sociedad en la que vivimos, la preocupación básica de cualquier persona es la de sobrevivir.

En el campo general de la vida, sobrevivir significa convivir y vivir. Entiendo por convivir la organización de la parte privada, cotidiana, hogareña de la vida. Cada cual elige su pareja (o las que quiera) según le parece y trata, conviviendo con ella, de compartir el día a día y los elementos más íntimos de la vida. O no elige a nadie y convive divinamente consigo mismo.

Pero sobrevivir no es ni puede ser sólo convivir. La vida no tiene límites y la riqueza vital no puede reducirse al estrecho margen de la convivencia. Ni la alegría, ni la solidaridad, ni las relaciones, ni la conversación, ni el intercambio, ni el aprendizaje, ni el amor, ni una vivencia sana pueden realizarse con deseos de plenitud limitando la vida a la convivencia. Es necesario abrir las puertas y desarrollar nuestra dimensión social. Es imprescindible vivir con los demás, con los amigos y amigas, con los vecinos, con las personas que pasan por nuestro mundo cada día, con todos.

La vida, aunque se trate sólo de sobrevivir, tiene el suficiente potencial creativo como para que intentemos ponerle puertas que la encierren.

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