jueves, 18 de abril de 2013

Buenas noches. La luz




Preciosa tarde la de hoy. La luz haciendo su viaje, desplegando todo su potencial de matices, de tonos, de sugerencias cromáticas. La dulce caída de la tarde sobre el paisaje, sobre los edificios, sobre la vida. A cada instante una visión distinta, nueva, diferente. La luz iba creando incesantemente belleza. Parecía que insistiera en decirnos que la vida es una sucesión de instantes, todos diferentes, todos irrepetibles. Y que los que estamos vivos deberíamos estar atentos a cada momento de la vida, a todo lo que pasa en cada momento de la vida, a la eterna sorpresa que representa estar vivo, al inenarrable espectáculo del despliegue de la vida ante uno. Como si la vida viviera para ti y tú no tuvieras más que vivirla introduciéndote en ella.

No vivas sin amar la vida, porque entonces no podrás sentirte vivo. Ama hasta en el último momento del día. Cuando, después de bajar los hombros, de respirar suave y profundamente, de lograr que te vaya pesando el cuerpo poco a poco, te acuerdes de lo que has vivido hoy, hazlo con amor. Que una sonrisa asome por tus labios y que con ella envíes cariño a las personas a las que quieres. Y también a las que te quieren a ti. Que esa nube de cariño que formamos cada noche con nuestros amores rocíe la vida de todos ellos, de todas ellas, y el mundo, tu mundo, se quede en calma, en el sosiego del descanso. Buenas noches.

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