Somos unos seres muy complejos. Somos
de todo: cuerpo, mente, necesidades, generosidad, individuo, ser
social, arte, política, deporte, ocio, trabajo, estudio, lectura,
comida ... Prescindir de alguna de nuestras dimensiones es cortarse
un trozo de vida. Intentar desarrollar el mayor número posible de
ellas es intentar crecer como seres humanos. En medio de esta
complejidad, cada uno se defiende mejor en unas facetas y peor en
otras. Te invito a que intentes conocerte y que veas cuáles son tus
puntos fuertes. Y esos, compártelos. Nadie está solo en el mundo.
Nos necesitamos todos. Nos podemos ayudar todos. Ojalá ningún ser
humano nos sea ajeno. Como si cada una de las personas que conoces
fuera tu invitada, ofréceles lo mejor de ti. Dáselo a cambio de
nada. Verás crecer dentro de ti la flor de la felicidad, que ya
sabes que si la buscas, no la encuentras, pero que si actúas de la
mejor manera posible, te aparece sin buscarla. Piénsalo. Y, de
momento, ten los mejores deseos para quienes quieres. Duérmete
pensando en ellos, o en él, o en ella, pero no en ti. Buenas noches.
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