Ayer acudí a un servicio público en
donde me atendieron dos profesionales. El trato fue exquisito desde
un principio. Me reconocieron, hablando posteriormente, que, además
de ejercer bien su profesión, querían ser personas simpáticas y
cariñosas. Me quedé gratísimamente sorprendido y con una enorme
alegría interior al comprobar que aún es posible... Buenos días.
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