He vuelto de un viaje exprés a
Astorga. Por una parte he visto una vez más la catedral y su museo:
preciosos, siempre sorprendentes, magníficos. Por otra, he tenido
que picotear fuera de casa por diversos motivos y he comprobado cómo
están las cosas en los sitios de comidas del lugar, menos poblados
esta vez que en ocasiones anteriores.
Para desayunar o tomar un café a media
mañana no hay mejor opción que la Chocolatería Sonrisas
Astorga, en donde Rocío y Lucía
hacen un chocolate y un café con churros que te hacen revivir. Nada
más entrar, mirando a quien te atienda, se comprueba con toda
facilidad por qué este lugar se llama Sonrisas.
En cuanto a bares, el que más me gusta
sigue siendo uno de toda la vida, La verja, en donde
Meli e Isidro te ponen, con un corto de cerveza o con
un vino, un aperitivo bien hecho y bien rico: albóndigas, arroz,
ensalada de garbanzos, empanadas caseras o patatas con carrillera. Un
lujo de sitio en donde cuesta más trabajo salir que entrar.
A su lado, Blas, ofrece
buenísimos vinos de diversas zonas, que se pueden acompañar con
estupendos guisos, por ejemplo, de callos, o con embutidos de primera
calidad, como la lengua curada, el queso de Zamora o la cecina.
La lengua estofada o los callos que
ponen en el Cubasol,
en la calle del sr. Ovalle, merecen ser probados. Sin
grasas y gustosos. Mejor la comida que la bebida, para mi gusto, la
que ofrece este bar, aunque, sin duda, se mantiene en posiciones de
altura.
Junto al anterior, Sheila Álvarez
y su hija Marta han abierto un pequeño, pero encantador bar,
con el rótulo de Cañas Akí, en donde eres atendido
con la cordialidad y la calidad que ellas saben poner en su trabajo.
La creatividad de Marta hace que aquí puedas tomar aperitivos
diferentes a los de otros sitios, dependiendo de lo que se le haya
ocurrido hacer cada día. Buen sitio, sin lugar a dudas.
En la acera de enfrente, en la misma
calle, D'Tapas sigue en su línea habitual. La
amabilidad de las camareras se a une a unos buenos vinos y a unas
tapas que varían dependiendo de la afluencia de público, que
siempre es mucha.
Si queremos comprar legumbres de
calidad o unas buenas verduras o frutas de primera clase, además de
ir al mercado de los martes, se puede acudir a Ultramarinos
Aquilino, junto a la Plaza Mayor. Todo lo que hay es de mucha
calidad.
Para tomar una copa está el Cafetín
Kavafis, junto a la carretera de León, con música variada y
público de todas las edades. O bien puedes ir en coche a San
Justo, a pocos kilómetros de Astorga, y tomarla en Donde
Irene, un sitio pequeño y encantador, recientemente abierto,
con bar y terraza, en donde atienden estupendamente.
Y ahora, prosigamos el régimen de vida
sana, que los pecados no pueden durar mucho tiempo y el gozo hay que
continuarlo con el recuerdo.