Nuestra profunda personalidad está en
aquello en lo que creemos, pero, sobre todo, en la manera que tenemos
de creerlo. El entusiasmo, las ocurrencias no pensadas, la duda
prudente, la negación sistemática, la autocrítica, la apertura
mental, el dogmatismo o la actitud dialogante pueden ser señas de
nuestra identidad que a veces desconocemos.
Buenas noches.
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