LECHUGA
En
latín era lactuca, de lac-lactis,
leche. O sea, que no ha habido cambios. Ya decía Plinio que el
nombre aludía a la savia blanca que vemos al cortar sus hojas. Los
romanos comían mucha lechuga, de muchas variedades y por temporadas,
que describe Plinio. En cambio los griegos tenían un tabú: que era
comida de mujeres, y que produce impotencia. En francés laitue,
italiano lattuga, pero catalán enciam
(posiblemente de incisamen, corte), portugués alface
(del árabe al-khass), euskera sí,
letxuga.
TOMATE
La
palabra vino, con el producto, de América. Tomatl en
náhuatl significa agua gorda. Es gracioso cómo dice el inglés
potato y tomato, dos americanismos, a
través del español. La palabra ha pasado a casi todas las lenguas.
El italiano lo llamó pomo d´oro,
fruto de oro, y ha pasado al ruso pomidor. El
consumo es enorme en todo el mundo. Ya sé no que no viene a cuento,
pero es una vergüenza lo que la industria alimentaria está haciendo
con el tomate. Claro, fue el primer transgénico autorizado.
¡Señores, que no saben a nada!
CEBOLLA
En
latín era cepulla, diminutivo de cepa.
Y se cree que pertenece al fondo léxico mediterráneo. De la misma
raíz son nuestra cepa y cepellón. Portugués cebola,
catalán ceba. La lenición o suavización
(fenómeno que ya conoce el asiduo lector de estos articulitos)
convierte la p de cipulla en b de cebola,
ceba o cebolla. Como lupus > lobo,
o apicula> abeja. En euskera es bonito,
tipula. Es extraño el francés oignon,
que se cree que viene de unionem, porque la cebolla es
un bulbo unitario, no se compone de gajos como el ajo, por ejemplo.
Las cebolletas son una variedad de menor tamaño, y los
cebollinos, muchísimo menor. Los calçots, ese
plato típico catalán, dicen que son cebollas tiernas. Calçot
deriva de calzar, porque se amontona tierra en torno a la planta,
para que esté más tierna, como que se la calzara.
PEPINO
El
latín llamaba pepón al melón, así que frente al que
parecía aumentativo se inventó el diminutivo pepino. Pepón
era un préstamo del griego, la palabra πέπων,
que no es ningún aumentativo sino un participio que significa
maduro, digerible. Pero es gracioso que, cuando a un melón poco
maduro lo llamamos pepino, estemos jugando, sin saberlo, con
una cercanía semántica tan antigua. La raíz pep- es
la que está en pepsina, péptidos, la de la Pepsi,
hablando claro. Πέψις (pepsis) significa
digestión.
PIMIENTO
Es
la evolución de la palabra pigmento, del latín pigmentum,
con la normal diptongación, e acentuada > ie. Esta
palabra en plural es pigmenta, y ya existía la
palabra pimienta en la Edad Media, porque esa especia, o
sucedáneos, daba color a la comida. La búsqueda de las especias fue
el motor del Descubrimiento. Colón siempre creyó que estaba en Asia
y buscaba como loco la pimienta. Ya escribió sobre el pimiento
en el Diario de a bordo del primer viaje y lo trajo a España, donde
fue rápidamente difundido su cultivo y consumo. En América era
llamado ají en taíno, chile en náhuatl,
y con otros nombres. Luego vino lo de guindilla (diminutivo de
guinda) para los que pican, y los de Padrón, que unos pican y
outros non. Y pimentón, Cayena, mojo
picón, piquillo, morrón... el mundo del
pimiento tiene una riquísima variedad. Tenemos ajilimójili
(de ají y mojar, creación jocosa, imitando algún latinismo).
Pigmentum es de la familia del verbo latino pingo,
pintar, raíz que comparte con las lenguas indoeuropeas más
alejadas.
¿Qué
tal quedó la ensalada?