MANUEL DE FALLA estrenó “La vida breve” (1913) en Niza y en París, pero tuvo que traducirla al francés (él que había callejeado por Granada, atento a las expresiones populares), y ya en 1914 en la Zarzuela de Madrid, pero sólo 84 años después, ¡en 1997!, se estrenó en el teatro real de madrid (no merecen las mayúsculas). Falla ya pertenece al ciclo de las vanguardias (Stravinsky estrenó “La Consagración de la Primavera” también en 1913). La ópera es muy original, no sigue modelos tradicionales. Su amigo Debussy la revisó con atención, como obra de arte, no como obra de espectáculo. Es tan breve (como el título) que podemos verla entera.
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