jueves, 10 de agosto de 2023

Tragar

 


Una de las actividades menos humanas entre las que practicamos los humanos me parece que es la de tragar. Me refiero a tragar lo que comemos sin masticarlo, dándoselo al estómago entero para que trabaje y sufra; y a tragar lo que oímos o leemos sin analizarlo, sin entender ni comprender lo que nos metemos en la mente; a tragar bulos, mentiras descaradas, patrañas desestabilizantes e inventos interesados sin comprobarlos, solo por el placer odioso de difundirlos para hacer daño a alguien; a tragar lo que dice la televisión, solo porque lo dice la televisión, igual que antes se tragaba lo que venía en la Biblia solo porque venía en la Biblia, como si fuera un libro de ciencia; a tragar lo que nos satisface, aunque sea un disparate o vaya en contra de la realidad, por el placer de encontrar algún placer; a tragar respuestas para que no se incendien las preguntas; a tragar infundios como si fueran dogmas y dogmas sin vislumbrar siquiera que puedan ser infundios; a tragar tequieros como si fueran eternos; a tragar consignas -todo vale, lo mejor es lo privado, etc.- sin comprender ni en qué consisten ni qué consecuencias tienen; a tragar costumbres sin saber a qué saben ni lo que pueden doler; a tragarlo todo para tener más, porque ya se ha tenido la oportunidad de tragar que tener es mucho más importante que ser. Si aprendiéramos a no tragar...


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